Cambios de paradigma y filosofía de la ciencia

AuthorMiguel Ángel Jusdado
Pages81-120
II. C  
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Quiero centrar la perspectiva de este epígrafe con dos coordenadas:
dos libros escritos por dos grandes autores lósofos de la ciencia. El pri-
mero es éste: “La estructura de las revoluciones cientícas” de omas
S. Kuhn, publicado por vez primera en 1962. El segundo es una obra
maestra de Karl Popper: “La lógica de la investigación cientíca.
Es probable que existan otra serie de libros que iluminen el proble-
ma del conjunto de conocimientos compartidos por una comunidad cien-
tíca, pero estos dos tienen para mí el valor de ser tan sugerentes como
comprensibles. Sobre todo, el primero, escrito por Kuhn. El conjunto de
saberes compartidos por una comunidad cientíca -en una época histó-
rica- es lo que denominamos paradigma. A partir de esa nomenclatura,
reconoce con el desarrollo de las ciencias, los cambios de paradigma, que
se dan cuando el viejo paradigma no puede hacer frente a observacio-
nes empíricas, ni las puede integrar con las articulaciones propias de un
simple rompecabezas. Sencillamente las observaciones desmienten por
anómalas al viejo paradigma, que primero entra en crisis, y más tarde se
revela incapaz ante las falsaciones de nuevas observaciones. Estos pro-
cesos suelen coincidir con algún importante descubrimiento, que corrige
errores del viejo paradigma, mantiene sus aciertos, y crea un nuevo pa-
radigma desde una nueva fundamentación y visión del mundo.
El ejemplo más universal y emblemático es la transición del uni-
verso geocéntrico de Ptolomeo al universo heliocéntrico de Copérnico.
82 Miguel Ángel Jusdado
No en vano, ha quedado como una de las expresiones afortunadas del
lenguaje el “giro copernicano” empleado cuando en una conversación
se quiere dar un giro de 180º para decir que una posición dialéctica
está en las antípodas de otra. Hay -dice Kuhn- argumentos especial-
mente persuasivos siempre que el nuevo paradigma permita explicar
fenómenos que eran totalmente inexplicables bajo la égida del viejo
paradigma.115Copérnico sugería que los planetas debían ser como la
Tierra, que Venus debía mostrar fases y que el Universo habría de ser
mucho mayor de lo supuesto… Cuando sesenta años después de su
muerte, el telescopio mostró las montañas de la Luna, las fases de Ve-
nus116 y gran número de estrellas insospechadas, tales comprobaciones
posteriores aportaron a la teoría muchos conversos especialmente entre
los que no eran astrónomos.117
Las crisis suelen terminar con el surgimiento de un nuevo candidato
a paradigma y la consiguiente batalla por su aceptación. En este sentido
el llamado giro copernicano, es muy ejemplicador. Baste recordar a
Galileo seguidor de Copérnico, enjuiciado por la Inquisición y obligado
a retractarse del nuevo paradigma heliocéntrico: el verdadero. Es uno de
los puntos oscuros en la historia de las relaciones entre ciencia y fe, en
el cual la mayor paradoja sigue siendo que Copérnico -un clérigo cul-
to- había dedicado al Papa sus descubrimientos cientícos más revolu-
cionarios. En esta polémica que atraviesa la Historia, y no deja en buen
lugar al cardenal Belarmino, la mejor explicación ha sido la ofrecida
por Karl Popper en su lógica de la investigación cientíca. En esa obra
explica Popper con claridad la ausencia de un criterio de demarcación
entre ciencia empírica y fe en los siglos XVI-XVII. “Llamo problema de
demarcación a encontrar un criterio que nos permita distinguir entre
ciencias empíricas, por un lado, y sistemas metafísicos por otro118Las
115 Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura
Económica, México 2017, p. 317
116 Estas fueron descubiertas por el telescopio de Galileo, y su tamaño fue una prueba
del heliocentrismo al ser incompatibles con el geocentrismo: la fase de Venus llena aparecía
mucho más pequeña que la fase de Venus nueva
117 Ibídem, pp. 317-318
118 Karl Popper, La Lógica de la investigación científica, Madrid 1980, ed. Tecnos pp.
33-42
Derechos civiles en Estados Unidos. Ética, ideologías y cambios de paradigma 83
ciencias empíricas admiten la falsación experimental; la metafísica no
se puede someter a una falsación empírica, pero sí está sometida a la
crítica racional.
Lo que sucede, o al menos ha sucedido históricamente, durante los
siglos que median desde el encuentro del cristianismo con la losofía
griega -hasta el Renacimiento antes de la Ilustración- es que la Filoso-
fía tuvo un papel primordial en el saber. Con razón, se hizo acreedora
de gran mérito acerca del conocimiento del mundo y del hombre. Pero
también facilitó ocasiones en las que se extralimitó, y se arrogó un papel
invasivo en las ciencias empíricas o experimentales, como el celebérri-
mo caso de Galileo. ¿Por qué? Digamos que hay una ley dialéctica que
obliga a leer separadamente las cosas, pero el hombre aspira siempre a
una visión unitaria. Este es -a mi juicio- el problema. No manejamos con
maestría, ni la dialéctica en las ciencias ni los límites propios de cada
saber. Algo que, desde mi punto de vista, explica muy bien K. Popper en
su criterio de demarcación.119
Y esa misma invasión y extralimitaciones se maniestan hoy desde
el ámbito de las ciencias empíricas hacia la losofía. Hoy, el sarampión
de las así denominadas ciencias positivas pretende explicar toda la crea-
ción: el cosmos y también el hombre. Hoy los empiristas, neodarwinis-
tas y físicos, pretenden explicar todo desde teorías meramente cientí-
cas. El big-bang, el evolucionismo y la astrobiología se combinan para
ofrecer una explicación cientíca de la creación conrmada por algunos
descubrimientos. Así, el origen de la abiogénesis -Stanley Miller 1953- el
bosón de Higgs en 2013, y tantas otras teorías o hipótesis cientícas, nos
llegan a explicar desde la materia todos y cada uno de los fenómenos.
Pero en esa aspiración de totalidad se pretenden a sí mismas, tal vez sin
darse cuenta, como metafísicas.
Pretender explicar el espíritu, la libertad y sobre todo la concien-
cia, sólo desde la mera materia es una pretensión metafí sica. Una cosa
119 Ibídem, la ciencia empírica es falsable. La inducción como método tiene límites:
pasar de lo singular a lo universal en ciencias empíricas requiere muchas cautelas. Aunque
sucesivas falsaciones no refuten una teoría, eso no significa sin más que tal teoría sea
infalible o universal científicamente hablando

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