¿Neoliberalismo?
Position | Opiniones y observaciones de Carlos A. Montaner, escritor y periodista cubano; y Larry Birns, pol |
Un fantasma recorre las tribunas de los políticos demagogos, las redacciones
de los periodistas sin imaginación, los púlpitos de los curas desinformados y
las cátedras de los profesores empecinados en el error: el fantasma del
neoliberalismo.
En realidad, el neoliberalismo no existe. Eso a lo que se le suele llamar
'neoliberalismo' no es más que media docena de medidas de carácter económico
dictadas por la experiencia y el sentido común: es conveniente mantener la
inflación bajo mínimos; el Estado no debe actuar como empresario, porque
malgasta los recursos de la sociedad y multiplica la corrupción; es razonable
que los ingresos fiscales no sean menores que los gastos del sector público,
para que no se produzca un proceso de endeudamiento; pero tampoco benefician a
la sociedad unos impuestos elevados, pues ahogan las posibilidades de
crecimiento de las empresas y sus posibilidades de generar fuentes de trabajo;
de donde se deduce que el llamado gasto social tiene forzosamente que
relacionarse con la capacidad de la sociedad para crear riquezas, pues si se
distribuyen bienes y servicios que no han sido previamente producidos, tal
despropósito sólo puede conducir a la bancarrota.
Asimismo, sabemos con certeza que es conveniente abrir los mercados a la
competencia, sin manipulaciones de precios ni subsidios, porque un siglo de
experiencia nos ha enseñado que ese tipo de intervencionismo, invariablemente
fomentado en nombre de la Justicia social', sólo ha servido para degradar y
encarecer la calidad de la producción nacional, mientras enriquece a los
políticos deshonestos y a los más hábiles cortesanos.
Estas reglas no son una invención del Banco Mundial o del FMI para 'castigar'
al Tercer Mundo. Son válidas para todos los países, e incluso la rica Unión
Europea se las hace a sí misma para que sus países puedan acceder a una moneda
común.
Hace 100 años América Latina tenía, como promedio, el 10 por ciento del PIB
per cápita de Estados Unidos, menos Argentina, que tenía el 75. Hoy América
Latina (tras un siglo de experimentar con diversos grados de estatismos
socializantes) sigue teniendo un 10 por ciento del PIB per cápita de EU, menos
Argentina, que sólo llega al 30. La discusión de este fenómeno hace algún
tiempo me llevó, junto a dos buenos amigos, a escribir el Manual del perfecto
idiota latinoamericano. ¿Hasta cuándo vamos a insistir en el error?
Desde que la cumbre de las américas de 1994 estableció el marco hemisférico de
un área de...
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