Víveres a domicilio.

AuthorOgier, Thierry
PositionComercio electr

Siga a un mandadero y verá por qué los supermercados son la fuerza que impulsa el comercio electrónico en Brasil.

Diniz Vargas tiene el hábito de caminar deprisa, aunque sólo vaya a tomar un vaso de agua. Vargas es un joven de baja estatura, pelo y piel oscura, y siempre está presionado. En la víspera de un reciente fin de semana largo, es uno de muchos mandaderos de las grandes cadenas de supermercados de Brasil que no tienen respiro gracias a la locura de las compras en línea.

Las furgonetas entran y salen de un establecimiento de Pao de Acúcar en el noroeste de Sao Paulo. Es el mayor centro de distribución de la compañía en el país y tiene una flota de 12 furgonetas. Todos los días se despachan más de 200 pedidos. Este viernes, varios camiones se dirigen a la costa, a más de 80 kilómetros, para llevar bebidas, comida y helados a los pocos afortunados que van a pasarse cuatro días tendidos en una playa y que no quieren pasar por la molestia de hacer fila en la caja del supermercado.

Vargas no va hoy a la playa, y eso lo hace feliz. "Cuando tenemos que hacer esta clase de servicio, a veces regresamos a la casa de madrugada", dice con una sonrisa. Como tiene que salir de su casa antes de las 8 a.m., su trabajo le deja poco tiempo para la familia. "Paso más tiempo con él que con mi esposa", dice señalando a su chofer, Francisco Arcanjo, con quien hace las entregas desde hace dos años.

El dúo dinámico. Vargas y Arcanjo dejaron el empobrecido estado nordestino de Ceará cuando eran adolescentes, en busca de una vida mejor. Ahora son un "dúo dinámico", dicen. Arcanjo, que tiene 24 años y ha pasado la tercera parte de su vida en Sao Paulo, conoce la metrópoli como la palma de su mano. Su habilidad para abrirse paso en el enloquecido tráfico y llegar rápidamente a su destino le han ganado el mote de "el hombre bala". Diniz Vargas no necesita apodo, porque tiene el mismo nombre que su jefe, Abílio Diniz, quien dirige el negocio familiar de Pao de Acúcar. La coincidencia es motivo de chistes.

Pao de Acúcar inició su servicio de entrega en 1995. El año siguiente, el servicio se extendió a la Internet. Hoy, alrededor del 40% de los pedidos de sus 120.000 clientes inscritos se hacen por computadora, ya sea a través de la página electrónica de la compañía o por CD-ROM. El público cuenta con unos 7.000 productos. Las furgonetas que cargan mercancía en cinco centros de distribución (dos en Sao Paulo y uno en Río de Janeiro, otro en Brasilia y otro en...

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