Contra viejos fantasmas: los combatientes de la Guerra Fria van a Colombia por petroleo, dinero y politica.

AuthorEpstein, Jack
PositionEso Dicen

Todo indica que Colombia es un nuevo frente militar de Estados Unidos contra nada menos que el comunismo.

La "doctrina Bush", impulsada por el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, Otto Reich, huele a privilegios para grandes empresas y a un regreso a los tiempos de la confrontación Este-Oeste. Reich fue el jefe del teniente coronel Oliver North y estuvo involucrado en el escándalo Irán-Contras.

Bush quiere US$439 millones para suministrar información y equipos militares a las fuerzas armadas colombianas, tras la reanudación de la guerra total contra los rebeldes. A esa cifra se suman 250 asesores militares y 150 civiles que ya están en Colombia.

Antes, el entrenamiento y la ayuda militar de Estados Unidos, englobados en los US$1,300 millones del Plan Colombia, se limitaban a la erradicación de cultivos para producir drogas, que costean a las guerrillas y a sus enemigos, los paramilitares. Los abogados del gobierno intentan justificar la nueva política sin violar la ley federal y una directiva firmada por el presidente Clinton en 2000, que prohíbe el uso de información norteamericana secreta en el conflicto. "Ya no se trata de detener las drogas", alerta el senador demócrata Patrick J. Leahy. "Se trata de combatir a las guerrillas".

Bush también quiere US$98 millones para entrenar, armar y dar apoyo aéreo a las tropas colombianas que protegen un oleoducto de Occidental Petroleum Corp. ¿Por qué los contribuyentes norteamericanos tienen que costear la protección de los intereses de una empresa norteamericana privada en el extranjero?

Reich y otros funcionarios afirman que apenas hay distinción entre la guerra contra la insurgencia y la guerra contra las drogas. Alegan que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reciben gran parte de sus ingresos de los gravámenes al narcotráfico. En una campaña publicitaria de US$10 millones, un anuncio gubernamental indicaba que los US$66,000 millones gastados anualmente en drogas ilegales en Estados Unidos costean a grupos terroristas como las FARC.

El presidente Ronald Reagan y su vicepresidente George H. Bush se enfrentaron a los insurgentes de izquierda en Centroamérica, y sabemos lo que pasó: una larga guerra con un saldo de decenas de miles de muertos. Involucrarse más en la contrainsurgencia en Colombia, junto a un ejército de pésimo...

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