Oro verde: la industria mexicana del sisal aprovecha un segundo aire.

AuthorTegel, Simeon
PositionClase Ejecutiva - Empresa Tejidos Naturales - Crecimiento de la industria de fibras naturales

"El secreto está en innovar, en seguir adelante", afirma Alberto Banuet mientras pasa la mano por un montón de alfombras de fibra rústica para el baño en Tejidos Naturales. Las palabras parecen providenciales, teniendo en cuenta la industria mexicana que describen.

El negocio del henequén, que hace dos siglos convirtió a la península de Yucatán en una de las regiones más ricas de México, recibe ahora un nuevo impulso. En aquella época, las fibras del agave se usaban para confeccionar sogas y aparejos para los barcos. Hoy se usan para elaborar alfombras para casas en Estados Unidos, Canadá y Europa.

En la vanguardia del modesto renacimiento está Tejidos Naturales, el mayor fabricante de productos de henequén del mundo. En la zona industrial de las afueras de Mérida, capital del estado de Yucatán, las fibras del grosor de un cabello, de un color amarillo y de un metro de largo, se limpian, se clasifican según la calidad, se tiñen y se entretejen. Tejidos vende unos US$15 millones y produce 1.3 millones de metros cuadrados de alfombras de henequén al año.

El henequén se consideró en una ocasión "oro verde". En el siglo XIX, más del 90% de las sogas y de los cordeles en todo el mundo se hacía de plantas cultivadas en Yucatán. El nombre de una planta de la que se extrae, el sisal, es también el nombre del principal puerto yucateco.

La revolución mexicana interrumpió la producción. En los años 1920 y 1930, la mayor parte de las plantaciones de sisal se expropiaron y se convirtieron en ejidos, pero su producción inicial fue escasa. Después, la producción se recuperó. Pero 30 años más tarde, la producción en masa de fibras artificiales propinó un golpe devastador a la industria del henequén.

Tejidos es la mayor de cuatro compañías creadas en 1990 con la privatización de Cordemex, el monopolio estatal formado en los años 60 para controlar el precio del henequén ante la competencia de los productos sintéticos y de cultivadores de otros países.

Yucatán produce ahora una décima parte de las 160,000 toneladas anuales que alcanzó cuando se fundó Cordemex. Irónicamente, en 1900 Yucatán controlaba el 96% de la producción mundial del sisal; hoy alrededor de la mitad de la fibra cruda de Tejidos se importa de Brasil y Sudáfrica.

Aparte de usarse para hacer alfombras y sogas, con el henequén se fabrican sacos para productos agrícolas y paños para pulir metales. La fibra, resistente y áspera, es antialérgica y excelente para alfombras: no crea estática, no...

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