Vena de ley.

AuthorTegel, Simeon
PositionTT: The law's vein.

Los alucinógenos y Hollywood reviven un pueblo fantasma en México

"¡Cuidado, que lo quiebras!", advierte el anciano, mientras observa a su nieto abrir la tierra con un picacho en las desoladas montañas sobre Real de Catorce.

Abuelo y nieto andaban buscando monedas de plata cuando el detector de metal comenzó a sonar. El hombre se agachó y sacó de la tierra una puntilla oxidada. "¡Maldita sea!", farfulló. Sin embargo, explica, en la sierra hay tantas monedas que encuentra una cada tres horas mientras camina por los picos desolados alrededor de Real, uno de los pueblos del mundo con más minas de plata.

A una altura de 2.700 metros sobre el nivel del mar está Villa Real de Nuestra Señora de la Concepción de Guadalupe de los Alamos de los Catorce, un pueblo con una existencia nada uniforme desde su fundación a mediados del siglo XVIII.

Según las leyendas, las riquezas enterradas en esta parte de la Sierra Madre Oriental, en el estado central mexicano de San Luis Potosí, fueron descubiertas por un caballo. Lo que pasó fue que encontraron a una yegua parada sobre una vena abierta de mineral de plata.

La noticia se extendió como reguero de pólvora, y pronto Real de Catorce, que se dice recibió su nombre de una unidad de soldados españoles que perdieron la vida aquí alrededor de 1700, se convirtió en un enclave de 40.000 habitantes. Las tiendas vendían artículos de lujo importados de Europa, dicen los vecinos, y Enrico Caruso cantó en el teatro del pueblo. En 1783 comenzaron las obras de la joya arquitectónica de Real, una gran iglesia de estilo neoclásico que tardó cuatro décadas en concluirse.

El pueblo perdió su impulso durante la Guerra de Independencia de México entre 1810 y 1821, y las abandonadas minas quedaron inundadas. Pero en 1822 el inglés Robert Phillips llegó al lugar tras un año de viaje desde Londres, acompañado por una nueva "máquina de vapor" para bombear agua de los túneles de la mina. El auge regresó a Real nuevamente, y para finales del siglo XIX los mineros extraían anualmente plata por valor de US$3 millones de las entrañas de las montañas cercanas.

Para 1895, el pueblo había adquirido suficiente importancia como para atraer la atención del dictador Porfirio Díaz, quien llegó a Real a inaugurar las operaciones de dos estaciones de bombeo en la mina Santa Ana. Pero una década más tarde, un bajón del precio mundial de la plata hizo que Real decayera nuevamente. Entonces, la Revolución Mexicana, que comenzó su sangriento avatar...

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