TORMENTA EN EL MERCOSUR.

AuthorColitt, Raymond
PositionTT: Storm in the Mercosur.

"El sueño americano se hace realidad", expreso Carlos Menem hace 10 años este mes, cuando los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay formaron el Mercado Común del Sur (Mercosur). Pero una década después, las divisiones en el bloque, con una fuerza económica de US$1 billón, amenazan con aguarle el cumpleaños.

Tras un auge inicial de comercio e inversión, han proliferado las disputas y la actividad comercial en ese mercado de 200 millones de consumidores se ha estancado. Los planes de expansión se han engavetado, lo que posiblemente perjudique al futuro del libre comercio en la región. Algunos miembros buscan ayuda en el exterior. "Este proceso va muy lento", dice el ministro de Economía de Argentina, José Luis Machinea. "Nuestro país, a través del Mercosur y junto con los demás países miembros, debe acelerar el proceso de negociación con el TLC".

Según el Informe Mercosur de LATIN TRADE, el mercado común necesita más velocidad. El comercio es cada vez más importante para el Mercosur, pero su valor nominal ha bajado rápidamente en los últimos años. La inversión extranjera directa está en auge y la inflación bajo control, pero las economías no han logrado un crecimiento estable y el desempleo aumenta.

Las locomotoras del grupo --Brasil y Argentina-- avanzan en dirección opuesta. En 2000, la economía brasileña creció alrededor del 4% mientras la argentina se estancaba. Tras la devaluación del real a principios de 1999, los negocios de Brasil se han hecho más competitivos frente a los de Argentina.

Esas diferencias han causado disputas comerciales en materia de autos, zapatos y azúcar que dañó las relaciones bilaterales. Los argentinos acusaron a los brasileños de dumping, y éstos acusaban a los argentinos de proteccionismo. A principios del 2000, Argentina impuso restricciones a la importación de pollos brasileños, alegando que se vendían por debajo del precio nacional.

Lo que parecen roces menores entre vecinos que en general han sido amistosos, podrían determinar la subsistencia de miles de trabajadores y la supervivencia de sectores enteros. Eliminar las barreras arancelarias al azúcar o los productos avícolas de Brasil, por ejemplo, podría llevar a la ruina a productores argentinos menos eficientes y aumentaría el desempleo.

Para mejorar la integración, el Mercosur que resolver diferencias básicas. "Habrá que resolver los problemas molestos", dice José Botafogo Gonçalves, jefe de negociadores del Mercosur de Brasil. "Lo que...

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