Tono ocupado.

AuthorColitt, Raymond
PositionTT: Occupied tone.

GTE enfrenta graves problemas con la telefónica venezolana Cantv.

Hacer una llamada telefonica en Venezuela, como en la mayor parte de Latinoamérica, era un reto casi imposible hace menos de una década.

Para comenzar, pocos tenía teléfono en casa. El 60% de los teléfonos públicos estaba fuera de servicio y había que esperar una eternidad por el tono de discar en los que funcionaban. Casi un millón de clientes tuvieron que esperar un promedio de ocho años para que le instalaran un teléfono.

A raíz de la privatización de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV) en 1991, la situación mejoró. El consorcio Venworld (liderado por GTE, de Estados Unidos) invirtió capital y tecnología en la empresa. Hoy no hay que esperar por el tono de discar ni por la instalación de una línea. La cantidad de teléfonos públicos ha aumentado en un 66%. Venworld invirtió con fuerza para cumplir las exigencias del gobierno, pero también recogió beneficios saludables. La satisfacción de los clientes subió del 47% al 91% en 1998.

Así las cosas, todo el mundo debería estar contento, ¿no? De eso nada. Los ingresos comenzaron a bajar recientemente y sus perspectivas se oscurecen a medida que su base de clientes se erosiona. La empresa está trenzada en una batalla con el gobierno sobre sus obligaciones contractuales y enfrenta una mayor competencia cuando su monopolio sobre las líneas fijas expire en noviembre del 2000. "La Cantv ha sido un éxito desde el punto de vista tecnológico", afirma Agustín Cangas, presidente de Merinvest, un banco de inversión caraqueño. "Pero ha resultado un mal ejemplo para los futuros inversionistas", agregó.

¿La razón? Varios encontronazos con el gobierno sobre los aumentos de tarifas han alejado a muchos inversionistas que pudieran inyectar dinero en otros sectores de la economía. "El gobierno no tiene una política o criterios establecidos en materia de tarifas de servicios públicos", explica Cangas.

El enfrentamiento más reciente ocurrió en julio, cuando el gobierno le negó a Cantv un aumento a la tarifa mensual de servicio residencial, como establece su contrato, para compensar la inflación. Como resultado, para septiembre Cantv había perdido US$30 millones, además de los US$130 millones en pérdidas que tuvo que asumir debido a la lentitud con que se implantaron los aumentos de tarifas desde 1992.

Por su parte, el gobierno se enfrenta a un dilema: el ingreso real de los venezolanos ha caído en dos terceras partes durante...

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