Brasil: el superpoder latinoamerino: Brasil está en su mejor momento. A pesar de una amplia gama de desafíos, los ejecutivos locales y los extranjeros son muy optimistas acerca de las perspectivas económicas del país. Además, la nueva presidenta, Dilma Rousseff, está recibiendo buenas calificaciones hasta ahora.

AuthorBamrud, Joachim

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Cuando Luiz Inácio Lula da Silva dejó la presidencia de Brasil en enero, se fue con un nivel de aprobación récord del 83 por ciento. Sus ocho años de gobierno recibieron en general buenas calificaciones de parte de los inversores locales y extranjeros.

Pero su sucesora, Dilma Rousseff, podría terminar siendo aún más popular entre los ejecutivos.

"La presidenta Rousseff ha demostrado, en su poco tiempo en el cargo, que abordará algunas de las reformas complejas y algo impopulares necesarias para apoyar El crecimiento sostenido de Brasil", dijo Pablo Di Si, director financiero de Fiat Auto Latin America.

La inflación parece ser una de las principales prioridades, y Rousseff también está trabajando para congelar El salario mínimo en 545 reales (326 dólares) al mes y reducir El déficit fiscal de 50 mil millones de reales (30 mil millones de dólares), agregó Di Si.

"Estas decisiones marcan un cambio claro de política, en comparación con las de su predecesor, El presidente Lula, y son una forma de comenzar a reducir las presiones inflacionarias y mejorar la calidad del gasto gubernamental", dijo Di Si.

Rodrigo Abreu, gerente en Brasil para la estadounidense Cisco Systems (el mayor proveedor de equipamiento de redes del mundo), también es optimista.

"Las primeras señales son alentadoras", dijo."No hay que desestimar El hecho de que la presidenta, durante El primer día de su mandato, anunció que privatizaría la infraestructura de atención a pasajeros en los principales aeropuertos. Uno probablemente no hubiera esperado eso en El pasado, y es una serial clara de cambio y de que se comprende que para algunas cosas hace falta la velocidad, la agilidad y la capacidad emprendedora del sector privado, en colaboración con las políticas y El apoyo regulatorio del sector público".

Pero algunos observadores son escépticos. "No estoy tan preocupado como antes" de que Rousseff asumiera la presidencia en enero, dijo John Welch, un estratega de mercados emergentes en Nueva York y director ejecutivo del banco de inversión australiano Macquarie Capital. Welch elogia los recortes de presupuesto y los planes de Rousseff de privatizar ciertos servicios aeroportuarios. "Todavía soy escéptico, pero los pequeños pasos que estoy viendo son alentadores".

Welch cree que la nueva presidenta se inclinará por avanzar en la desregulación, a pesar de que El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) se opone. "En El PT hay una especie de romanticismo con respecto ã [las políticas proteccionistas de] los años 70, a pesar de que esas políticas fueron un modelo fallido", dijo.

H ejecutivo elogió algunos de los nombramientos clave, como El de Alexandre Tombini a la cabeza del banco central de Brasil. "Es duro [y] muy competente", dijo. Destacó a Antonio Palocci, quien fue el primer ministro de finanzas de Lula, por El papel clave que cumple como jefe de gabinete. Palocci fue un ministro muy bien visto hasta que tuvo que renunciar en medio de un escándalo de corrupción.

Hay, además, una creciente esperanza de que Rousseff reformará el infame sistema impositivo brasileño. "Creo firmemente que se mantendrá la política económica y que la presidenta hará las correcciones necesarias que aún no se han implementado, [como] la reforma impositiva", dijo Miguel Dau, director operativo de Azul Linhas Aéreas Brasileiras, la aerolínea local de bajo costo creada en 2008 por El fundador de JetBlue, David Neeleman.

"También [creo] que El gobierno actual estará más comprometido con las medidas necesarias para mantener El crecimiento, controlar la inflación y reducir la pobreza en nuestro país. Tendremos un gobierno que se concentrará en obtener resultados".

Welch también se mostró optimista con respecto a las perspectivas de una reforma impositiva, que él no creía probable antes de que Rousseff asumiera la presidencia. Ahora dice: "Quizás la lleve a cabo".

¿BELINDIA, INGANA O SIMPLEMENTE BRASIL

Durante décadas, Brasil fue a menudo apodado "Belindia", una frase acuñada por el economista Edmar Bacha en la década de 1970 para describir a un país con una clase alta del tamaño de la de Bélgica y una clase pobre similar a la de la India.

Bacha considera que ese término ya ha quedado viejo y apoya una nueva frase de otro economista local llamado Delfim Netto: "Ingana", un país con los impuestos de Inglaterra y los servicios públicos de Gana.

Independientemente de si se decida llamarlo Belindia, Ingana o Brasil, El país sudamericano ha progresado enormemente durante la última década y hoy en día es el superpoder económico indiscutido de América Latina y también un poder global.

Su economía de 1.9 billones de dólares representa El 41 por ciento del PIB de América Latina. Brasil sobrepasó a México en 2005, cuando su economía fue 4.8 por ciento más grande que la mexicana. En 2010, el PIB brasileño ya era d doble (101.5 por ciento) que El mexicano. Según Goldman Sachs, Brasil reemplazó a Francia como la quinta economía más grande del mundo el año pasado.

PricewaterhouseCoopers (PwC) predice que El PIB de Brasil, expresado en paridad de poder adquisitivo, sobrepasará al de Alemania en 2025 y de Japón en 2039. Para 2050, la consultora calcula que Brasil será la cuarta mayor economía del mundo, detrás de China, India y los Estados Unidos.

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