El síndrome de China.

AuthorGallagher, Kevin P.

El surgimiento de la economía china ha creado una demanda sin precedentes de bienes de América Latina y el Caribe y ha impulsado el crecimiento de la región por casi una década. Pero a la larga tal crecimiento de las exportaciones puede no ser sostenible. Peor aun, los bienes manufacturados chinos son más competitivos que los latinoamericanos tanto en la región como en los mercados mundiales. Estas dos tendencias ponen en peligro el crecimiento a largo plazo de la región.

La contribución china al crecimiento económico de América Latina podría balancearse con políticas para mitigar los impactos más peligrosos de la ascensión de ese país en la región, como las pérdidas de puestos de trabajo, la degradación del medio ambiente y la desindustrialización.

CAMINOS DIVERGENTES

China y los países de América Latina y el Caribe comenzaron a implementar reformas económicas más o menos al mismo tiempo: China en 1978 y gran parte de América Latina en 1982. En 1980, el producto colectivo de América Latina y el Caribe era siete veces el de China, 14 veces más alto en términos per cápita. Casi 30 años después, China ha tomado la delantera, con un producto interno bruto, PIB, de $2.7 billones en 2008 contra un PIB regional de $2.6 billones en América Latina. Durante estas tres décadas, la economía china creció a una robusta tasa anual de 8 por ciento. La tasa de crecimiento anual promedio en América Latina ha sido un más modesto 3.8 por ciento. Entre 1980 y 2008, el PIB per cápita creció 6.6 por ciento anual en China, mientras que en América Latina subió apenas 1.7 por ciento anual, durante años marcados por crisis y volatilidad.

La expansión económica china ha sido indiscutiblemente buena para América Latina, cuyas exportaciones al gigante asiático más que se triplicaron entre 2000 y 2007, un desempeño mucho mejor que el de las exportaciones totales, que crecieron 62.5 por ciento en el mismo período. Sin embargo, la bonanza no fue pareja para todos: apenas cinco países generaron el 85 por ciento de las exportaciones regionales a China. Casi la mitad de esa cantidad fueron metales (incluyendo hierro y cobre), un hecho que subraya que el factor China estuvo limitado a ciertos sectores (ver gráfico).

Entre 2000 y 2007, las industrias florecientes de China y la infraestructura absorbieron la mitad del aumento global de las exportaciones de mineral de hierro, mientras que el país compró casi 58 por ciento de las exportaciones adicionales de granos de soya. Más...

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