Los sindicatos: una moneda, dos caras; las nuevas realidades económicas llevan a los líderes sindicales y a los gerentes a repensar sus posiciones.

AuthorOtis, John
PositionTT: Unions: a two-headed coin; the new economic realities cause union leaders and business managers to rethink their positions

Las nuevas realidades económicas llevan a los líderes sindicales y a los gerentes a repensar sus posiciones.

Angelica Rivera Ortiz no quiere tener nada que ver con los sindicatos. De hecho, se asegura de que los que tengan ideas de organizarse sindicalmente se mantengan alejados de sus 170 empleados en Industrias Gomi, una planta que ensambla productos de submarinismo y plásticos en Ensenada, Baja CaLifornia, México.

"Los sindicatos mexicanos son corruptos e inculcan una cultura de la pereza", dice Rivera Ortiz, gerente general de la empresa. En Ensenada, agrega, "todo el mundo gana varias veces el salario mínimo [unos US$3 diarios]. Tratamos bien a los empleados, les ofrecemos buena paga e incentivos, y alentamos la sugerencia desde abajo. Es un buen negocio. Si no hiciéramos las cosas así, podrían encontrar trabajo en otra parte fácilmente".

En el extremo opuesto de Latinoamérica, otro ejecutivo piensa de manera diferente.

"Por supuesto que tenemos un sindicato", dice Fuad Garib, propietario y gerente de Garib SA, una próspera empresa textil chilena en Santiago. "El sindicato es fundamental para garantizar una buena relación con nuestros empleados".

Rivera Ortiz y Garib representan las dos posiciones que priman sobre los sindicatos en América Latina: son innecesarios o son útiles. Sin embargo, en toda la región los sindicatos estudian su papel, movidos por una declinación de su influencia debido a una combinación de corrupción (real o imaginaria) y a la incapacidad de mantenerse a la par de los cambios del mercado. Por otra parte, muchos gerentes reconsideran sus relaciones con los empleados al percatarse de que las huelgas y una gran rotación de personal pueden ser costosas y reducir el poder competitivo de una empresa. A continuación ofrecemos una visión íntima de las condiciones en México, Colombia, Chile y Perú.

México. Durante varias décadas, la mayoría de los sindicatos mexicanos han servido más como pilares del gobierno que como representantes de los trabajadores. Para los gerentes, y para los empleados comunes, los sindicatos oficiales dóciles (y a veces corruptos) eran una realidad cotidiana.

Pero hoy el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna desde hace varias décadas, y al cual las mayores organizaciones sindicales se han afiliado tradicionalmente, pierde apoyo popular. Muchos trabajadores, afectados por la crisis de la deuda de los años 80, por la devaluación del peso en 1994 y por la estricta política económica del gobierno, tratan de...

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