Cambio de rumbo: el sindicato en Santos se bate en retirada, pero las navieras y el gobierno ven un futuro prometedor.

AuthorOgier, Thierry
PositionRutas De Comercio

EN MARZO, POR MÁS DE DOS SEMANAS, JOSÉ RIBAMAR, secretario ejecutivo del grupo de modernización portuaria del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, permaneció confinado en la capitanía del puerto de Santos. Al otro lado de la ciudad, los 6.000 integrantes del Sindicato de Estibadores de Santos, en una de sus huelgas más enconadas, llevaban un ataúd con el nombre de Ribamar. "Es natural", dijo Ribamar tras la huelga de 15 días. "Estoy preparado para esto".

Casi 10 años después que el gobierno brasileño comenzó a reformar los ineficientes puertos estatales, el contraalmirante retirado, respaldado por empresas portuarias privadas, líneas navieras, organismos de gobierno y los tribunales, despejó el camino para un remozamiento de Santos al desmantelar el sindicato portuario más poderoso de América Latina.

"La misión se ha cumplido. Fue una victoria total para el gobierno, para el sector privado y para la gran mayoría de los trabajadores la destajo]", dice Ribamar, que prefiere no referirse a la confrontación como "una derrota para el sindicato".

Sin embargo, es difícil verlo de otra manera. El próximo paso es reducir el personal y los castos laborales. Se calcula que la mitad de los 11.000 trabajadores portuarios, entre ellos 6.000 estibadores, pierdan el empleo.

Durante 70 años, el Sindicato de Estibadores fue un monopolio laboral. Los líderes sindicales decidían quién conseguía los mejores puestos. El gremio requería un mínimo de 12 estibadores para cargar y descargar contenedores; en la mayoría de los demás puertos de todo el mundo, no hacen falta más que cuatro.

Mientras el sindicato se imponía año tras año, Santos, que fue el mayor puerto de contenedores de América Latina, perdía terreno frente a puertos rivales, en Brasil y en el extranjero. El puerto llegó a manejar casi las dos terceras partes de la carga que entraba y salía de Brasil, pero ahora mueve menos del 40%. También perdió la supremacía regional en movimiento de contenedores, y ahora ocupa el tercer lugar, detrás de Colón, en Panamá, y Buenos Aires.

El gobierno lleva años tratando de reformar el ineficiente sistema portuario, pero Santos siempre se opuso al cambio. En 1993, se intentó mejorar los puertos con una ley de modernización que puso fin al control sindical de la contratación de empleados. Aunque algunos puertos compraron la paz mediante planes de jubilación voluntaria e incrementos salariales para los estibadores, los obreros portuarios de Santos se...

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