Sobre ruedas: las automotrices combinan el mercado brasileno y mexicano, allanando el camino para el Area de Libre Comercio de las Americas.

AuthorAdese, Carlos
PositionLogistica - Economia

Ford Motor Co. envía vehículos a México desde un nuevo centro de producción de bajo costo: Brasil.

Ford afronta una caída de la demanda en Brasil. Ahora su nueva planta de US$1,200 millones, en el estado de Bahía, encabeza la participación de la empresa en el mercado mexicano. "Lo que estamos haciendo en Ford es una gran sincronización de la producción en los dos países", dice Antonio Maciel Neto, presidente de Ford do Brasil.

Ford no es la única compañía automovilística que integra las operaciones brasileñas y mexicanas. Como alternativa a dejar inactivas o a cerrar plantas de ensamblaje subutilizadas en Brasil, Fiat, Volkswagen y General Motors también planean enviar automóviles sudamericanos a México. Es un giro en la producción que podría subrayar los vínculos más estrechos entre el mercado sudamericano y el norteamericano.

La industria mexicana del automóvil ha cobrado auge en los últimos tiempos, y el año pasado produjo la misma cantidad de vehículos que Brasil, casi 1.8 millones. Pero gran parte de la producción mexicana se exporta a Estados Unidos. Muchos fabricantes ahora usan modelos brasileños para completar líneas de producción en México, y viceversa.

Los fabricantes brasileños tienen una gran variedad de modelos para elegir. "En Brasil, producimos 28 marcas en 52 plantas diseminadas en el país", señala Ademar Cantero, director de relaciones con instituciones de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), de Brasil.

La estrategia de exportación permite a la industria automotriz de Brasil usar el exceso en la capacidad de producción-- ahora sólo funciona al 60%-- después de una inversión de US$20,000 millones en fábricas nuevas y remozadas a mediados de la década de 1990, cuando las multinacionales esperaban un auge del sector que nunca ocurrió.

En julio, los presidentes Fernando Henrique Cardoso y Vicente Fox ampliaron un acuerdo bilateral que aumentará los envíos de autos brasileños a México a 700,000 hasta el año 2005. Se calcula que en el primer año del acuerdo, las exportaciones llegarán a 140,000 vehículos, con un arancel del 1.1%. Luego el arancel desaparecerá y las cuotas anuales crecerán de 165,000 a 210,000 para 2005. En 2006 terminarán las restricciones.

Cardoso apoyó el acuerdo por el impulso que da a la industria brasileña, que tras aumentar su capacidad a 3.2 millones de vehículos al año sufrió el embate de la desaceleración económica mundial. Las exportaciones se detuvieron, los impuestos y las tasas de interés se dispararon y el mercado interno se desplomó. Hoy, algunas fábricas están a punto de cerrar. La demanda ha bajado aún más, crecen los inventarios, ha habido despidos y han parado fábricas. A fines del primer semestre de 2002, había 170,000 vehículos estancados en fábricas y concesionarios y las ventas bajaron un 17%.

Entretanto, Fox considera que el acuerdo significa para México una presencia en el Mercosur.

No es una sorpresa...

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