Rumbo a la seguridad: las nuevas regulaciones aceleran la implementación de normas de protección más estrictas en Brasil.

AuthorOgier, Thierry
PositionC

Es 1 de julio de 2004. Un barco cargado de contenedores se acerca a la costa brasileña, donde debe hacer una escala rápida en una terminal. Descargará varios contenedores, recogerá otros y se dirigirá, como siempre, al siguiente puerto.

Pero lo que debe ser una actividad normal será más complicada a partir del 1 de julio, cuando entre en vigor el código de Seguridad Internacional de Barcos y Puertos, conocido como ISPS. Si la terminal donde el barco debe recalar no tiene la certificación ISPS, según las nuevas regulaciones de seguridad aprobadas por las Naciones Unidas, entonces el puerto se considerará inseguro y el capitán tal vez deba eludirlo para evitar la "contaminación". Los barcos que recalan en terminales no certificados se "contaminan" y no se les permitirá entrar en puertos certificados.

El plazo del 1 de julio ha puesto a correr a los funcionarios portuarios de Brasil para actualizar las normas de seguridad. Se han tomado medidas para restringir el acceso a los puertos y para separar áreas sensitivas del puerto de aquellas donde el tráfico vehicular puede ser denso, como sucede en el viejo puerto de Santos, que está cerca del centro de la ciudad.

Deben instalarse cámaras en circuito cerrado para supervisar las actividades portuarias, y la verificación de identidad debe ser más rigurosa. Sin embargo, algunos prevén problemas con los estibadores, que muchas veces envían a familiares no autorizados a que los sustituyan en los muelles. A esos sustitutos suelen llamarlos bagrinhos por un pequeño pez que se alimenta de las sobras que dejan los tiburones. "Todos los estibadores registrados deben pasar por un control. Pero podría haber problemas con los bagrinhos, incluso huelgas en solidaridad con ellos", dice Carlos Camara, funcionario local de seguridad en Hamburg Süd.

Preparar los puertos brasileños costará bastante dinero. Hay que entrenar a los guardias y comprar escáners y otros equipos, y aún no está claro quién va a pagar.

El gobierno ha asignado unos US$20 millones para las medidas de seguridad más inmediatas. Entre los 34 puertos del país, cinco de los más importantes se han priorizado para las nuevas medidas de seguridad: Santos, Río de Janeiro, Paranagua, Río Grande y Vitoria. Otros cinco también han recibido atención de las autoridades: Itaqui, Suape e Itajai y puertos en los estados de Pará y Bahía. Sin embargo, Paulo de Tarso...

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