El regreso de los guerreros.

AuthorEpstein, Jack
PositionNominaci

¿Volverán los designados de Bush a la diplomacia de las cañoneras?

Fue refrescante ver a George W. Bush viajar a México en su primer viaje oficial al extranjero. América Latina tuvo poca prioridad para Bill Clinton, que no visitó la región hasta su segundo término. El presidente Bush ha aclarado que le importa Latinoamérica. "Miraré al sur, no como algo que uno recuerda de pronto, sino como un compromiso fundamental de mi presidencia", dijo en la campaña presidencial del año pasado. "Los que ignoran a Latinoamérica no entienden completamente a Estados Unidos".

Ese es un comentario grato e insólito para un presidente norteamericano. Pero las acciones lo contradicen. Bush indicó después que no entiende a Latinoamérica --sobre todo su enorme avance político en las dos últimas décadas-- al nombrar a dos ideólogos de la Guerra Fría, de la era de Reagan, a puestos diplomáticos. Es una clara señal a los líderes de la región: den marcha atrás y déjennos hacer las cosas como antes, mediante negocios sucios que pondrán fin a su legítimo papel de líderes electos.

Es posible que el Congreso haya hecho lo correcto cuando se publique esta columna: rechazar la selección de Bush para subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos. El designado, Otto Juan Reich, cubanoamericano, estuvo en la década de 1980 al frente de una entidad gubernamental acusada de realizar una campaña ilegal de propaganda encubierta contra el gobierno sandinista de Nicaragua y a favor de los rebeldes contras. En 1987, el contralor general de Estados Unidos determinó que la oficina de Reich participó en "actividades de propaganda encubiertas y prohibidas ... más allá del límite aceptable de las actividades de información pública de una agencia".

Otro designado controversial es John D. Negroponte como embajador ante la ONU. Bush promete que será un "miembro clave" del equipo de política exterior de su gobierno. En los años 80, como embajador en Honduras, Negroponte ocultó al Congreso los abusos contra los derechos humanos del Batallón 316, una unidad secreta de inteligencia militar de Honduras, equipada por la CIA. El ex embajador colaboró con el director de la unidad, el general Gustavo Alvarez, también el jefe de las fuerzas armadas.

Alvarez, asesinado en las calles de Tegucigalpa, ordenaba torturar y ejecutar a sospechosos de ser izquierdistas. Una serie en cuatro partes del Baltimore Sun, publicada en 1995, demostró que la embajada norteamericana estaba al tanto de los...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT