Por la puerta de atrás.

AuthorPoole, Claire
PositionEnron Corporation; industria de la energ

Para entrar en México, Enron la prestó dinero a una asediada constructora a cambio de una parte de sus negocios.

Enron Corp., coloso de la energia de Houston, no ha sido muy afortunado en México.

En 1995, cuando Rebecca Mark, entonces directora de Enron International, cruzó la frontera en busca de negocios, se rumoró que llevaba un maletín Heno de dinero para sobornos.

Unos años después, Enron dio su aporte a la idea de construir un gasoducto de 700 kilómetros que llevaría gas natural a Mérida III, una planta eléctrica privatizada en el estado de Yucatán. Pero cuando se sacó a subasta, un consorcio encabezado por TransCanada Pipelines superó a Enron.

Ahora parece que Enron entra en México por la puerta de atrás. El pasado abril, su filial Enron Engineering and Construction Co. (EECC) acordó dar un préstamo de US$27 millones a la abrumada compañía mexicana de construcción Grupo Tribasa. A cambio, Enron recibe una parte de los contratos atrasados de Tribasa, con un valor de entre US$700 y US$800 millones, así como el derecho de convertir el préstamo en acciones en cualquier momento del año próximo.

Fue un acuerdo interesante, pero nadie queda hablar del convenio. Tribasa nos remitió a Enron, y ésta se limitó a confirmar los detalles básicos del acuerdo a través de un portavoz. Ante nuestra insistencia, nos entregaron una lista de algunos de los nueve contratos en los que tiene posibilidad de participar, desde construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales en Puebla y Culiacán, hasta dos carreteras con peaje en Chile (Santiago y Cullipulli) y una en Argentina.

Pero Enron tiene dos proyectos inmediatos: obras de mejoramiento por valor de US$3.400 millones en las refinerías Cadereyta y Francisco Madero, propiedad de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), y un nuevo oleoducto de 22 kilómetros y US$100 millones que Pemex quiere construir 35 kilómetros al sur de Monterrey.

Además de recibir una parte de los convenios que Tribasa ya tiene en la cartera, Enron también aclaró que quiere una parte de la industria energética de México. En febrero pasado, el presidente Ernesto Zedillo presentó un proyecto de ley al Congreso para abrir la red eléctrica del país a la inversión privada. Al cierre de esta edición, el parlamento debatía la cuestión, con la posibilidad de extender el período de sesiones en el verano.

No ha sido fácil presentar la idea. Aunque la mayor parte de América Latina ha abierto el sector energético a la inversión foránea...

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