Palestra abierta.

AuthorStinson, Douglass
PositionTT: Palestra open.

Este es el año en que muchos mercados sudamericanos de telecomunicaciones abren sus puertas a la competencia libre. Pero como indican los casos de México y Perú, las firmas que no estén preparadas para la batalla no deberían presentarse.

Tras la privatizacion de la telefónica brasileña Telebras el año pasado, se pensaba que el próximo gran paso del sector de las telecomunicaciones se daría a fines de 1999, cuando Argentina y otros países latinoamericanos abrirían mercados privatizados, pero aún protegidos, a la competencia libre.

Pero Telefónica del Perú cambió el calendario. Después de pagar US$2.000 millones por las empresas estatales de telecomunicaciones de Perú y por un monopolio de cinco años de telefonía básica, como servicio residencial y larga distancia, la compañía anunció que cedería los derechos de su feudo telefónico casi un año antes de lo programado.

Hubo fiesta en las juntas directivas de las empresas internacionales de telecomunicaciones, que ya podían agregar un activo más a sus posesiones sudamericanas, ¿verdad?

No exactamente. La decisión de las autoridades normativas de fijar las cuotas que los competidores tendrán que pagar a Telefónica para llevar las llamadas a los usuarios finales ha causado una explosión de protestas, encabezadas por BellSouth, de Estados Unidos, y su filial en Perú, Tele2000.

El debate ha dejado en claro que la próxima ronda de competencia en el multimillonario mercado de las comunicaciones de América Latina será muy semejante al caótico ambiente con que las compañías estadounidenses se han tropezado en México en su contienda por ganar un espacio en el mercado frente a Telmex, una empresa mucho más fuerte y con contactos en el gobierno.

La apertura de los mercados a muchos operadores tras décadas de un servicio monopolizado permitirá a las multinacionales de telecomunicaciones comenzar a unir sus activos en la región. Ofrecer servicio de larga distancia es la forma más rápida y económica de familiarizar a los consumidores con una empresa nueva.

Pero el quid es fijar las tarifas de interconexión, lo que el suministrador del servicio paga al propietario de los conmutadores y las líneas telefónicas. La tarifa de interconexión es un factor clave a la hora de determinar si un suministrador de servicio de larga distancia o de servicios comerciales puede ofrecer tarifas competitivas y, desde luego, si una empresa puede tener ganancias.

El caso de México ejemplifica el poder de esta cuota. Cuando el...

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