Pactos sociales corporativos bajo presión: ¿Sobrevivirá la responsabilidad social corporativa al revés económico actual?

AuthorPlasencia, William

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

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Enfrentados a crecientes presiones económicas -- desde la crisis económica mundial hasta el pánico por una posible gripe pandémica -- los directorios de las empresas han recortado gastos. Pero han protegido los programas de responsabilidad social, muchos de los cuales se están revisando para enfocarse en proyectos más sostenibles y ayudar a cumplir las metas corporativas de rentabilidad.

La mayoría de las empresas fijan sus compromisos con la responsabilidad social corporativa (mejor conocida por la sigla de RSC) como un porcentaje de sus ingresos. Hasta Starbucks, que desde hace mucho tiempo es un líder en estándares de RSC, invirtió aproximadamente US$14 millones en el año fiscal 2008, US$4 millones menos que en el año anterior, aunque fue incluso un porcentaje más alto de los ingresos totales, de acuerdo a Rodney Hines, director de inversiones comunitarias de la empresa y director ejecutivo de la Fundación Starbucks.

Anita Cava, directora del programa de ética en los negocios de la Universidad de Miami, menciona a su propia familia en Argentina y a sus alumnos en Miami como los mejores ejemplos de por qué las corporaciones están invirtiendo más para mejorar su imagen: ahora las relaciones y transacciones de negocios son más transparentes, la información está más al alcance de todos gracias a la Internet y los consumidores están tomando esta información en serio antes de hacer sus compras.

"Todos están controlando sus gastos", dice Cava. "Pero al mismo tiempo, las empresas son conscientes de que intentar hacer dinero fácil a cualquier costo tiene consecuencias enormes".

En Starbucks, Hines dijo, se evalúa la sostenibilidad de cada proyecto que recibe fondos de la empresa. Por ejemplo, este año la empresa de café está cerca de concluir un compromiso de cuatro años por un valor de US$1.5 millones que asumió a través del grupo sin fines de lucro denominado Save the Children para la construcción de una escuela en Guatemala, uno de muchos proyectos que Starbucks financia a lo largo y ancho de Latinoamérica. La escuela usa técnicas indígenas de narración de cuentos e incorpora los idiomas locales a su programa de estudios para facilitar el aprendizaje del español y otras asignaturas. La escuela ha alcanzado la independencia económica a través de una combinación de apoyo local e internacional y otros subsidios.

"Cuando analizamos el financiamiento que otorgaremos, analizamos lo que es crítico, lo que...

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