Una oportunidad única de crecimiento inclusivo.

AuthorDawkins, Tanya

El mundo necesita un debate más sofisticado sobre las infraestructuras física y humana y la relación entre ellas. Podría decirse que América Latina, la región con mayor crecimiento y desigualdad del mundo, tiene el mayor incentivo para atacar este problema.

Un manejo económico más inteligente y una política financiera más innovadora son las claves para tratar la necesidad de ingresos sostenibles y crecimiento inclusivo en la región. Ambos temas van al corazón del mayor problema de derechos humanos del área: la pobreza y la desigualdad.

Hasta ahora, América Latina ha soportado la crisis global mejor que otras regiones. Se espera que tenga el mayor crecimiento regional y que siga beneficiándose del reciente aumento de la inversión externa directa. Algunos de los factores que impulsan el crecimiento son el alto precio de las materias primas y la insaciable demanda china.

A pesar de las buenas noticias macroeconómicas regionales, la naturaleza global de la crisis pone en relieve las vulnerabilidades de la región con respecto a sus inadecuadas políticas de protección social, la volatilidad en los mercados de materias primas y el aumento de las exportaciones como porcentaje de la economía de muchos países.

Un reciente reporte del grupo Inter-American Dialogue mostró que las reducciones recientes en los niveles de pobreza y pobreza extrema están más vinculados al crecimiento de los sectores de energía y minería y al ingreso de remesas que a las estrategias diseñadas para atacar específicamente la pobreza y la desigualdad.

En su nuevo libro "El nivel del espíritu: por qué a las sociedades igualitarias siempre les va mejor", los epidemiólogos Richard Wilkinson y Kate Picket demuestran que los países con alta desigualdad sufren mayor violencia y mayores tasas de embarazo adolescente, alcoholismo, enfermedades mentales, abusos de drogas y encarcelamiento.

El directorio del Banco Interamericano de Desarrollo aprobó recientemente un aumento de capital de $70 mil millones. Ese capital extra puede traer enormes beneficios a la región. Pero también podría ser pernicioso para los intereses de largo plazo si no impulsa el crecimiento inclusivo y marginaliza a quienes deberían beneficiarse. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define el crecimiento inclusivo como el crecimiento que provoca beneficios masivos.

En los próximos dos años (el primer desembolso de fondos del BID está previsto para 2012), a medida que el banco empiece a presentar...

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