Erase una vez en el Oeste: Barretos, otrora un languido rodeo local es ahora una gran fiesta brasilena.

AuthorDownie, Andrew
PositionFiesta de Peones de Barretos

En los corrales del Rodeo Stadium, decenas de jóvenes atléticos, vestidos con jeans gastados y sombreros de vaquero, esperan el momento de enfrentarse a un toro furioso.

Llaman a Maurilio Neves. Trepa por una puerta metálica blanca y salta ansiosamente al lomo del animal. La puerta se abre y el toro bravo sale al terreno como una bestia del inferno.

Menos de cinco segundos después, Neves cae al suelo. "No caí bien", dice con una mueca, mientras se frota la cadera.

Levántate y sacúdete el polvo, Neves. Barretos mejora, sobre todo si no hay que batirse con un animal de tres cuartos de tonelada cada noche. Barretos es un lugar ineludible para los vaqueros y los aspirantes a vaqueros. No es Houston o Las Vegas, donde cada año se celebran competencias de rodeo ultraprofesionales. Es, dicen los organizadores y los aficionados al deporte, mucho más.

"No digo que este sea el mayor rodeo del mundo", comenta Emilio dos Santo, presidente de Os Independentes, el grupo que organiza el festival durante 10 días, cada agosto. "Pero es sin duda la mayor fiesta de rodeo del mundo. Y tiene mucho más que el rodeo".

La primera Festa do Peao de Boiadeiro de Barretos (fiesta de peones de Barretos) la organizó en 1955 un grupo de lugareños en este próspero centro agrícola, 426 kilómetros al noroeste de Silo Paulo. El festival creció cada año, pero fue sólo una atracción local hasta los años 90, cuando apareció en una de las populares telenovelas de TV Globo.

Esa valiosa aparición le dio una nueva audiencia al festival. A nivel nacional, hay 10,000 vaqueros profesionales del rodeo, casi 2,000 rodeos y una floreciente cultura del vaquero que abarca no solamente la vida en torno al rodeo sino también el estilo y la música campestre, Un millón de personas, muchas de las cuales jamás ha visto un toro, y mucho menos ha montado uno, ahora acuden cada año al festival de Barretos.

La cultura del vaquero "era vulgar, pero ahora está de moda", señala Cados Rocha Azevedo, dueño de una tienda de Barretos que vende productos de cuero. "Miren la envergadura de la fiesta".

Eso se debe a que hay más cosas que hacer que ver a los vaqueros tratando de sostenerse sobre el lomo de un cuadrúpedo bravío unos cuantos segundos. Además de los nueve rodeos que se celebran en el Rodeo Stadium, diseñado por Oscar Niemeyer y con capacidad para 35,000 espectadores, la fiesta anual ya cuenta con conciertos nocturnos; un zoológico de animales domésticos con su propio rodeo para niños, que montan...

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