El modelo chileno.

AuthorBamrud, Joachim

El Premio Nobel Mario Vargas Llosa tenía razón cuando caracterizó a Chile como un país aún no desarrollado que tampoco es un país en desarrollo.

Los norteamericanos, los europeos y otros sudamericanos en general se sorprenden cuando visitan Santiago, la capital de Chile, por primera vez.

Es una ciudad donde la mayoría de las cosas funcionan y que tiene estándares del primer mundo tanto en el sector público como en el privado.

A pesar de que la cultura chilena tiene mucho que ver, hay que darle crédito a varios de los recientes gobiernos y a las políticas que implementaron.

Durante más de 20 años, Chile ha sido el país más libre de América Latina. Tiene la economía más libre de la región, según d índice de libertad económica de la Heritage Foundation y el Wall Street Journal. Chile es además uno de sólo tres países en América Latina que respeta completamente los derechos políticos y las libertades civiles, según Freedom House. Chile tiene la economía más competitiva de América Latina, según el Foro Económico Mundial.

En términos de impuestos, clima laboral e infraestructura de transporte, Chile supera a sus vecinos de América Latina, según índices comparativos de Latin Business Chronicle.

Chile es más transparente y tiene menos corrupción que los Estados Unidos, según la organización alemana contra la corrupción, Transparencia Internacional. Es uno de los tres países más seguros de América Latina, según el Índice Latino de Seguridad de FTI Consulting y Latin Business Chronicle, y líder regional en cuanto a salud y educación, según el Índice de Desarrollo Humano 2010 del Programa de las Naciones Unidas de Desarrollo (PNUD).

El actual presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha prometido que Chile será un país más impresionante aún. Su objetivo general es impulsar la economía para obtener un crecimiento promedio de 6 por ciento para que Chile alcance un PIB per cápita a la par del promedio de los países miembro de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para 2018.

El objetivo de Piñera de impulsar el crecimiento es parte de un plan de siete puntos que incluye crear un millón de nuevos trabajos, incrementar la lucha contra el delito y el tráfico de drogas, eliminar la pobreza y reducir las tasas de desigualdad, mejorar la calidad de la salud y la educación, modernizar el estado y revitalizar la democracia.

A pesar de que estos objetivos son muy ambiciosos, es posible que Piñera pueda alcanzarlos. Antes de asumir la...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT