Un milagro para Margherita.

• Position: Saint Joseph's Baptist Hospital, Tampla, Florida; servicios - TT: A miracle for Margherita. - TA: Saint Joseph's Baptist Hospital, Tampa, Florida; services

Cuando Margherita Milone regresó a Italia el 23 de enero de 1998, después de tres semanas en Estados Unidos, no esperaba un gran recibimiento. La joven mamá sólo quería volver a una cómoda rutina familiar. Pero los amigos y la familia pensaban de otra manera. Centenares se reunían para elevar sus copas en un brindis por la buena salud de Margherita y por el futuro de su familia. Y también Margherita levantaba su copa para brindar. Sólo que ella lo hacia pensando en un grupo de personas que residen en otro continente, a varios miles de kilómetros de distancia: la gente que le salvó la vida.

EN BUSCA DE RESPUESTAS

En 1997, la vida de Margherita estaba en pleno auge. Ama de casa de 40 años de edad, tenía todo lo que deseaba: un esposo amoroso, una linda hija, parientes muy unidos y una profunda fe. Para la mayoría, su vida era perfecta.

El primer signo de mal tiempo llegó a comienzos de 1997 cuando Margherita comenzó a experimentar dolores de cabeza y ataques. Su diagnóstico fue rápido e inesperado. Sufría de un tumor cerebral. Inmediatamente, ella y su esposo buscaron doctores que pudieran ayudar. Viajaron por Europa consulta tras consulta, pero el veredicto era siempre el mismo: ningún doctor deseaba comprometerse en el tratamiento, pues pensaban que la cirugía podía presentar demasiados riesgos.

En el otoño de 1997, Margherita se puso en contacto con Enza Marzano, un joven paciente de tumor cerebral que había sido tratado en St. Joseph's Hospital, de Tampa, Florida, hacia unos pocos meses. Por primera vez, Margherita y su familia tuvieron esperanza. Quizá obtendría ayuda, después de todo.

UN VIAJE QUE SANA

Al escuchar la crisis de Margherita, Nancy Valenzuela e Yvette Rivera, del Departamento de Relaciones Internacionales de St. Joseph's Baptist, facilitaron la evaluación del doctor Steven Tresser, neurocirujano de St. Joseph's. Después de recibir el expediente de Margherita, el doctor Tresser opinó que el tumor podía ser removido quirúrgicamente. Nancy e Yvette comenzaron...