Mejor que nada.

• Author: Bustos, Sergio R.
• Position: Efectos ecol

Los avances logrados en el medio ambiente, sobre todo en la frontera entre México y Estados Unidos, han sido escasos desde que el TLC entró en vigor. Pero aun los ambientalistas admiten que sin el TLC no habría habido mejora alguna.

Menos de dos anos antes de que el TLC se implementara, Pete Emerson, economista del Fondo de Defensa Ambiental de Estados Unidos, planteó dos preguntas directas a una subcomisión del Congreso norteamericano: ¿Cómo se protegerá el medio ambiente y la salud pública? ¿Y quién lo va a costear?

Cinco años después, hay un veredicto parcial. En efecto, se dedican fondos a la protección del entorno, pero los avances han sido lentos, señala Emerson, que sigue vigilando el TLC desde su oficina del Fondo de Defensa Ambiental en Texas. "No hemos alcanzado el progreso que hubiera deseado, pero hemos hecho cosas que sin el TLC habrían sido imposibles", comenta.

Indudablemente, después del nacimiento del TLC en enero de 1994, los tres gobiernos del pacto, sobre todo Estados Unidos y México, comenzaron a trabajar mucho más estrechamente que nunca antes en la atención al medio ambiente. Por ejemplo, se han formado nueve grupos de trabajo con individuos de ambos países que se concentran en problemas ecológicos como los desechos tóxicos, la prevención y la aplicación de leyes ambientales. También funcionan varias agencias trilaterales que se ocupan de cuestiones del entorno, como el Acuerdo Norteamericano de Cooperación Ambiental y la Comisión de Cooperación Ambiental. A lo largo de la frontera, la Comisión de Medio Ambiente de la Frontera, constituida en 1993, ayuda a las comunidades locales a desarrollar obras de infraestructura.

El North American Development Bank (NADBank) también ha ofrecido fondos. El gobierno de Estados Unidos y el de México aportan US$225 millones al banco y le han prometido contribuciones que suman casi US$2.600 millones.

La cantidad de dólares que NADBank ha destinado para proyectos ecológicos a lo largo de la frontera de más de 3.000 kilómetros puede parecer grande, pero las necesidades ambientales superan con creces esa cifra.

Veamos la situación del medio ambiente en México. Es un país donde sólo el 10% de sus aguas albañales se trata; donde el 30% de sus más de 80.000 toneladas métricas de desperdicios sólidos se recoge adecuadamente, y donde sólo el 11% de sus ocho millones de toneladas métricas de desechos tóxicos se eliminan adecuada-mente, según un informe de la Cámara de Comercio EU-México.

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