México listo para el despegue.

AuthorFranco, Arturo
PositionReformas económicas y energéticas

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

México se embarcó a partir de 2013 en lo que analistas han calificado como "uno de los programas de reformas más ambiciosos del mundo". Fortalecido gracias a un pacto político sin precedentes entre los principales partidos, el país pareció llegar a un punto de inflexión largamente esperado. La agenda legislativa de los dos últimos años file impresionante y se aprobaron más reformas estructurales y constitucionales que en los 18 años anteriores.

Sin embargo, mientras el gobierno de Enrique Peña Nieto avanza hacia un momento definitorio--las elecciones legislativas de mitad del mandato--aún hay poco que mostrar en el frente del crecimiento económico.

Inmerso en un escándalo político local y con un contexto externo sombrío, ¿es éste el año en el que México despegará por fin?

Peña Nieto, que fue un candidato vehemente y carismático en 2012, recicló una de las estrategias políticas más brillantes de su gestión como gobernador del estado de México: oficializar con carácter legal sus promesas de campaña para dar muestras de su pleno compromiso. La primera de sus muchas promesas presidenciales de ese año era también la más audaz: aseguró que triplicaría el magro ritmo de crecimiento de México. Y le puso la firma.

En otras palabras, prometió un crecimiento sostenido cercano al seis por ciento anual en el período 2013-2018, en comparación con el magro dos por ciento promedio de las últimas décadas.

Una expansión económica a ese ritmo no es algo descabellado para un país con las ventajas demográficas, la riqueza natural, los acuerdos comerciales y la privilegiada ubicación geográfica que tiene México. Por otra parte, una economía estadounidense en recuperación y los crecientes costos laborales de China sin duda darían un fuerte impulso a la competitividad de las exportaciones mexicanas. La perspectiva de un mayor ritmo de crecimiento no sólo parecía factible, sino también necesaria para crear los empleos que exigen los más de dos millones de desocupados (y los varios millones de subempleados) del país.

[GRÁFICO OMITIR]

Los resultados, sin embargo, han sido desconcertantes. En su primer año de gestión, Peña Nieto apenas logró evitar el rojo con un crecimiento de 1,3 por ciento. El año pasado, México creció a lo sumo un 2,1 por ciento. En ambos años, las primeras estimaciones del Ministerio de Hacienda fueron reduciéndose a medida que pasaban los meses, para terminar en apenas la mitad.

No constituye una sorpresa, entonces, que...

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