La maldición de la bruja.

AuthorColitt, Raymond
PositionTT: The curse of the witch.

Un hongo letal devasta los cultivos de cacao de Brasil que una vez fueron los mayores del mundo.

En una remota hacienda cerca de este pueblo del sur del estado de Bahía, el ruido penetrante de una sierra repercute en las onduladas colinas, seguido por el estruendo de un árbol colosal que se viene abajo. Tras un breve silencio, se reanuda el ruido de la sierra. A vuelo de pájaro, la alfombra selvática verde oscuro está interrumpida por grandes claros, algunos salpicados de tocones podridos, otros convertidos en pastos y tierras arables.

Estas son las cicatrices de una plaga mortal que ha devastado lo que fue la mayor región de cultivo de cacao del mundo. A medida que el voraz hongo devora las plantas, secando las hojas y pudriendo los frutos desde adentro, muchos agricultores sin recursos se ven obligados a talar y vender los altos árboles que dan la sombra necesaria para cultivar el cacao.

La vassoura da bruxa, o enfermedad de la escoba de bruja, así llamada porque las ramas defoliadas parecen una escoba, ha causado una de las mayores crisis agrícolas en la historia de Brasil. La producción de cacao ha caído de 410.000 toneladas al año a mediados de los años 80, a sólo 100.000 toneladas ahora, con el consiguiente desplome de la economía local y la ruina de más de 25.000 cultivadores.

Muchos agricultores se han visto obligados a abandonar sus granjas y emigrar a las ciudades. Algunos lo perdieron todo y varios se suicidaron. Otros han desmontado el terreno para criar ganado o cultivar café.

"El efecto ha sido devastador", dice Wallace Setenta, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Cacao. Setenta indica que 150.000 hectáreas de cacahuales se han destruido. "Tenemos una tradición de 250 años de cultivo del cacao y la mejor infraestructura. Si Bahía no puede recuperar la producción de cacao, lo perderemos todo y el mundo perderá otras 250.000 hectáreas de selva".

En diez años, la plaga ha arruinado buena parte de los medios de vida de la región. "Este lugar vibraba de actividad. Traíamos los frutos a lomo de burro para secarlos, hasta 8.000 arrobas por temporada", recuerda Fernando Ferreira. "Hoy, si llegamos a mil arrobas hay que contentarse".

Ferreira admite que él y sus vecinos han despejado la selva para criar ganado, un negocio más lucrativo. Reconoce el impacto ecológico, pero reitera que no tiene alternativas. "A otros les resulta fácil oponerse a la tala de árboles, ¿pero cómo van a alimentar a sus hijos?", se pregunta.

...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT