El llamado de Londres.

AuthorBachelor, Blane

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Todos los años en el mes de julio, miles de aficionados al tenis de todo el mundo invaden las gradas de Wimbledon, para disfrutar del torneo más prestigioso de ese deporte. Como telón de fondo, una de las ciudades más importantes de Europa: Londres.

Esta magnífica ciudad es en sí misma la principal atracción que durante todo el año recibe más de 25 millones de visitantes que llegan a ella seducidos por su encanto. Por cierto, Londres es una ciudad de paradojas. Desde compradores adinerados en High Street hasta adolescentes punk-rock en Camden, combinaciones de viejas tradiciones con nuevas tendencias a la vuelta de cada esquina. Y como la ciudad de más rápido crecimiento en Europa, los cambios son constantes, lo que significa que siempre hay algo nuevo por explorar.

Aunque el número de turistas es mayor en verano, es un excelente época para visitar la ciudad, especialmente para los viajeros que desean escapar de los fríos meses de invierno en el hemisferio sur. En esta época la niebla y la lluvia constantes de Londres se reducen considerablemente, y el almanaque desborda de conciertos y festivales al aire libre, entre los que podemos mencionar el cada día más popular Festival de Flamenco que se lleva a cabo en marzo y que convoca a los principales artistas de flamenco de todo el mundo.

Además, uno de los sitios más representativos de la ciudad y uno de los pocos palacios reales habitados que quedan en el mundo, el Palacio de Buckingham, está abierto al público solo desde el 1 de agosto hasta el 27 de septiembre. Haga sus reservas con tiempo y disfrute de un paseo por los bellísimos ambientes del palacio, que incluyen el salón del trono y el salón de baile, antes de finalizar con una caminata por el amplio jardín sur.

Aunque las atracciones relacionadas con la realeza siempre han sido una visita obligada en cualquier viaje a Londres, la ciudad tradicionalmente ha lidiado con una reputación no tan regia cuando se trata de sus ofertas hoteleras y del escenario gastronómico. Afortunadamente, la ciudad de los últimos tiempos ha evolucionado desde la Edad Media en ambos frentes: Los viajeros ya no tienen que depender de los alojamientos poco atractivos, de los dudosos bed & breakfasts y de la comida insulsa que ofrecen en los pubs como elementos esenciales para sus vacaciones.

De hecho, la explosión culinaria de la ciudad es en sí misma una razón para visitarla. Acabaron las cansadoras bromas sobre el grasoso pescado con...

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