Juego limpio.

AuthorOgier, Thierry
PositionTT: Clean game.

Las autoridades y los sindicatos presionan a las empresas brasileñas para que instituyan normas de igualdad de oportunidades.

El anuncio de la radio local era simple, similar a los volantes que dan en la puerta de varios clubes nocturnos de Sao Paulo: "Las damas entran gratis hasta la medianoche. Las feas pagan la mitad del precio".

A pesar de la rudeza del mensaje, a nadie parecía importarle mucho. Las mujeres y los grupos étnicos minoritarios en Brasil, sobre todo los de ascendencia africana, que componen el 40% de la población, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas, sufren una discriminación constante.

Pero eso podría cambiar a medida que Brasil se integra más en la economía mundial. Poco a poco, las mujeres, los trabajadores de más edad y las personas de ascendencia africana consiguen empleos mejor pagados. Las ejecutivas, como Maria Silvia Bastos Marques, jefa de la Companhia Siderurgica Nacional, tienen más relevancia. También emerge lentamente una clase media negra.

"La gente ya muestra cierta preocupación", dice Aroldo Macedo, director de Raca, una revista mensual de Sao Paulo dirigida a los negros. "En Brasil esto comenzó por las grandes empresas norteamericanas". Macedo menciona firmas como Wal-Mart, Motorola y Hewlett-Packard, y otros también señalan a Bestfoods y Levi Strauss.

El gobierno de Río Grande do Sul, encabezado por el gobernador Olivio Dutra, elegido en 1998 por el izquierdista Partido de los Trabajadores, también trata de imponer la igualdad de oportunidades en el empleo. Recientemente exigió a Zaffari, el segundo minorista del estado, que empleara por lo menos un 5% de brasileños de ascendencia africana y otros grupos étnicos en su nuevo hiper-mercado de Porto Alegre. Pero eso no es todo. El acuerdo con las autoridades locales estipula que no pueden ser empleos mal pagados. "La compañía comprende el deseo del estado de fomentar la asimilación de todo el espectro étnico y social de nuestra comunidad", dice un portavoz de la empresa.

Los grupos étnicos minoritarios, así como las mujeres, que son aproximadamente la mitad de la población de Brasil, siempre han ganado menos que los blancos que realizan el mismo trabajo. Los de ascendencia africana han tenido más dificultades para encontrar empleo, y cuando lo encuentran ganan hasta el 50% menos que un blanco con la misma calificación, según un informe del Departamento Intersindical de Estatística e Estudos Socioeconômicos (Dieese), una firma sindical de...

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