La hora de Freeport.

AuthorEmling, Shelley
PositionDesarrollo de infraestructura portuaria; Bahamas - TT: Freeport's hour. - TA: development of port infrastructure; Bahamas - Columna

Un modernizado puerto del Caribe trata de convertirse en un gran centro naviero de la región.

Cuatro enormes gruas trabajan junto al muelle. Bajan miles de contenedores de 20 y 40 pies de barcos colosales y los depositan como si fueran cajas de zapatos. Más tarde, esas mismas grúas colocarán los contenedores en cargueros más pequeños que zarparán rumbo a distintos países.

Con una dársena de más de 15 metros de profundidad, el Puerto de Contenedores de Freeport, en la isla de Gran Bahama, tiene capacidad para una nueva generación de grandes barcos, llamados post-Panamax, que pueden transportar 6.000 contenedores y son demasiado grandes para viajar a través del Canal de Panamá. Desde cualquier punto de vista, es impresionante, y los planes de expansión lo harán aún mayor.

Pero en Freeport no se trata solamente de la renovación de un puerto, sino de la historia de un país caribeño que ha regresado a su punto de partida al abrir las puertas a los inversionistas extranjeros.

Freeport se fundó en 1955 como zona franca y atrajo a más de 30.000 especuladores de terrenos mientras los urbanistas construían carreteras y canales y desmontaban pinares. No tardaron en aparecer las instalaciones turísticas. Pero en 1969 un torrente de controles gubernamentales frenó el crecimiento, y la cantidad de habitantes y turistas ha permanecido estancada desde entonces. En resumen, la infraestructura diseñada para 250.000 personas la utilizan ahora apenas 40.000.

Hace unos tres años, Hutchison Port Holdings, de Hong-Kong, se interesó en el lugar tras la elección en 1992 del primer ministro Hubert Ingraham, cuyo gobierno promovió la inversión foránea. La empresa se considera el mayor operador de puertos del mundo y administra instalaciones en Panamá, el Reino Unido, China, Indonesia y Hong Kong. La empresa dice que maneja el 10% de los envíos en contenedores a nivel mundial.

La firma compró una participación en el puerto bahameño, una ensenada soñolienta que durante varias décadas se dedicó a recibir cruceros de recreo y a manejar productos domésticos.

Hutchison y su socio local, Grand Bahama Development Corp., invirtieron US$78 millones en el puerto viejo. El nuevo puerto, inaugurado en julio de 1997, abarca 668 hectáreas de tierra y agua y se ha convertido en un punto vital de transferencia de embarques para las navieras que quieren enlazar sus servicios norte-sur y este-oeste. Está en marcha una nueva obra de expansión de US$71,3 millones, que debe concluirse...

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