Hilos de ORO.

AuthorPoole, Claire
PositionIndustria textil en Am

Mientras la industria textil se estanca en Brasil, florece en México y en el resto de América Central y el Caribe.

A la industria textil de América Latina le ha sucedido algo muy similar a la novela Historia de dos ciudades, de Charles Dickens: ha tenido la época mejor y la época peor.

Ha sido la mejor época en lugares como México, donde el TLC ha abierto el enorme mercado estadounidense a los productos textiles de México.

Ha sido la peor época en lugares como Brasil, cuyas políticas de libre comercio han aplastado a los fabricantes nacionales con importaciones baratas de Asia.

Al mismo tiempo, los países de América Central y el Caribe luchan por conseguir los beneficios del TLC con el fin de hacer avanzar su industria textil con la misma velocidad que México.

Las consecuencias han sido di vegas para las empresas textiles de Estados Unidos, que en muchos casos envían hilo, hilaza y tejidos a Latinoamérica para ensamblar ropa y otros productos de valor agregado. "Para nosotros, el segmento del norte ha sido una gran ventaja", dice David Link, director de economistas del Instituto de Fabricantes Textiles de Estados Unidos. "Pero al sur, hay un potencial sin aprovechar".

Para colmo, la crisis económica de Asia ya le cobra un precio a las industrias textiles de muchos países, que compiten con costos laborales más bajos y productos de mejor confección que llegan de China y la Cuenca del Pacífico.

A mediados de julio, por ejemplo, la textilera venezolana Sudamtex anunció que reducida su fuerza laboral en casi la tercera parte y que cerraría sus operaciones de manufactura en el Reino Unido debido a la crisis financiera de Asia, todo a un costo de US$10,5 millones en cargos, indemnizaciones por despido y otros gastos.

Las costuras de México. Pero en México la industria textil ha tenido un gran éxito. Con el acceso al enorme mercado estadounidense garantizado por el TLC, las textileras mexicanas prosperan mientras entran firmas extranjeras para aprovechar los bajos salarios de México y su eficiente fuerza laboral.

Algunos optimistas llegan a pronosticar que México se convertirá en el Hong Kong de América Latina, el líder en todos los aspectos del negocio textil, desde las fibras y los tejidos hasta la ropa. Las condiciones de trabajo son muy variadas. Pero en un país tan necesitado de empleos como México, las preocupaciones por la calidad de los trabajos ocupan muchas veces un lugar secundario frente a la necesidad de más empleo.

En términos de volumen, México ha exportado más productos textiles a EU que China desde 1996. En valor en dólares, ocupó el primer lugar este año, con US$2.900 millones entre enero y mayo, un aumento del 25,3%.

Bancomext, el banco estatal de comercio exterior, calcula que el total de exportaciones textiles de México podría llegar a US$9.600 millones para fin de año, más que el valor esperado de las exportaciones petroleras.

"Ha ocurrido una transformación muy importante en el sector textil al invertir las compañías en nuevos equipos", dice Jaime Farell Campos, que estudia el sector en Bancomext. "Más recientemente, la industria ha aprovechado el TLC para buscar mercados nuevos".

México también se convierte en un importante foco de las multinacionales del sector textil, atraídas por el acceso rápido y fácil al mercado estadounidense y por los salarios, que empiezan en unos US$120 al mes para obreros no calificados. Empresas norteamericanas como Tommy Hilfiger y Phillips-Van Heusen Corp. hacen camisas, mientras Wrangler y The Gap ensamblan jeans. Du Pont S.A., filial del gigante estadounidense de los productos químicos Du Pont, fabrica fibras sintéticas.

Sólo en los últimos meses, Du Pont y Alfa, de Monterrey, han anunciado inversiones de US$450 millones para impulsar la producción de nilón y construir una nueva fábrica de poliéster en la ciudad portuaria de Altamira. El fabricante norteamericano Guilford Mills destina US$100 millones a una planta de tejido, tinte y acabado en Altamira. Varias empresas asiáticas también montan fábricas.

Más recientemente, Burlington Industries, de Estados Unidos, que fabrica productos textiles, ropa y productos para el hogar, anunció el plan de invertir US$80 millones en los próximos tres años en la construcción de cuatro fábricas de ropa en México. Cuando estén listas, las nuevas operaciones de corte y costura agregarán US$225 millones a las ventas anuales de la compañía de US$2.000 millones. "La combinación de nuestras plantas en Estados Unidos y nuestras instalaciones en México nos da una capacidad de competencia internacional y ofrece nuevas oportunidades de crecimiento", dijo George Henderson III, presidente del directorio de Burlington, al hacer el anuncio.

En total, la Cámara Nacional de la Industria Textil espera que las empresas textiles gasten al menos...

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