Guardiana de los necesitados.

AuthorLong, Chrissie

HUMANITARIA DEL AÑO

REBECA VILLALOBOS

FUNDADORA

ASEMBIS

SAN JOSÉ, Costa Rica -- En calidad de secretaria académica en una escuela de Caravana de Solidaridad en la zona rural de Costa Rica, Rebeca Villalobos, de 19 años, observó que muchos niños tenían dificultades en clase por no usar anteojos. Mientras que otros iban quedándose ciegos lentamente debido a afecciones en la vista y por no tener acceso a tratamientos.

"Lo que vi me perturbó", relata Villalobos. "Pero, en ese momento, realmente no sabía cómo ayudar".

Villalobos tardó 10 años en encontrar su camino. Con un capital inicial de $500 y algunas sillas prestadas, abrió su primera clínica médica en 1991 y comenzó a ofrecer tratamientos por tan solo $2 la visita. Durante esos primeros años, a menudo agotada por las largas horas prestando servicios a los más necesitados, sus ojos se le llenaban de lágrimas cuando se iba el último paciente al final del día.

Actualmente, esta modesta mujer de 48 años de edad parece casi fuera de lugar en el piso superior de la suite ejecutiva de la impecable clínica de salud ASEMBIS, ubicada al noreste de San José y una de las siete clínicas de ese tipo en el país. Desde su escritorio de madera oscura, recibe personalmente a los pacientes y visitantes de una manera que contradice su personalidad impetuosa y la fuerza detrás de la organización de bajo costo, identificada por la sigla de Asociación de Servicios Médicos para el Bien Común.

"Rebeca siempre ha sabido lo que quiere", afirma Edwin Contreras, director médico de ASEMBIS, quien ha visto a la clínica convertirse en una empresa multimillonaria, que se mantiene sin ayuda y que genera ganancias para su propia expansión. "Ella persiste y persiste hasta cumplir [su meta,] lo que la convierte en una persona muy fuerte".

Villalobos se crió en un hogar de modestos recursos con un solo adulto. No tiene formación en medicina; ni siquiera tiene un título universitario. Sin embargo, con tiempo y dinero donados por médicos y ex colegas, solo le llevó 15 días abrir esa primera clínica en San José, relató.

"Esos primeros tiempos fueron duros", contó Villalobos. "Había días que no sabíamos si Ramos a poder pagar a la gente que trabajaba con nosotros. Y había momentos en que cuando cerraba la puerta a la noche pensaba: 'No puedo con esto'. Pero había una especie de impulso dentro de mí que me decía: 'Sigue adelante, sigue adelante. Así que seguí'".

De a poco, su clínica atrajo la atención de filántropos y donantes...

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