German Efromovich: toque de Midas.
Author | Guti |
[ILUSTRACIÓN OMITIR]
Germán Efromovich recibió su primer avión como pago de una deuda cuando hacía servicios de inspección a empresas petroleras brasileras. Un avión puede ser un activo indeseable en una empresa de servidos mediana. Sin embargo, el ingeniero nacido en Bolivia y ciudadano de Brasil y Colombia, descubrió que los empleados de las petroleras debían hacer un viaje de 250 kilómetros hasta un helipuerto que era el sitio de embarque de las plataformas. Les ofreció transportarlos y así nació Ocean Air, la aerolínea local que luego compró la colombiana Avianca, en una operación de David y Goliat.
Avianca, la segunda aerolínea más antigua del mundo, se había acogido a la ley de quiebras de Estados Unidos (Chapter 11) y era casi intocable por sus pérdidas y sus problemas laborales. Continental, Taca y LanChile habían descartado la compra. Efromovich que hasta ese momento era dueño de Ocean Air y de unas operaciones petroleras en Sudamérica, hizo una oferta en mayo de 2004. Sin hacer due dilligence de la aerolínea, ofreció entregar hasta US$63 millones y asumir una deuda de unos US$220 millones con h condición de que el vendedor respondiera por imprevistos eventuales. Además pondría sólo el dinero que la empresa requiriera.
En diciembre de ese año, con h empresa en sus manos y fuera de la ley de quiebras, desembolsó los primeros US$10 millones. Pero en ese momento el Ebitda de h compañía ya valía US$40 millones. No tuvo que poner más dinero. Con un estilo gerencial desbordado de entusiasmo y de una gran cercanía con las personas, el dueño de la pequeña aerolínea regional brasilera consiguió lo impensable: poner a volar a la compañía. Mientras que en 2004 Avianca vendía US$700 millones, al cierre de 2012 Avianca Holdings--que surgió cuando fusionó a h salvadoreña Taca-, facturó US$4.100 millones. En el mismo lapso, el Ebitda pasó de US$40 millones a US$700 millones, el número de aviones de 40 a 147. Aviancataca transportó el año pasado 23 millones de pasajeros.
Hay más ejemplos. Convirtió una flota de camiones que literalmente desechó una petrolera en h que era accionista, en el mayor transportador de paquetes de Colombia con una facturación que se acerca a la del metro de Medellín, la segunda ciudad de ese país.
Es como si tuviera un toque mágico. No hay duda, lo tiene. Pero las transformaciones empresariales las consigue con días de trabajo de 18 horas. Lo que es distinto es que los encara de una forma especial. "Yo digo que no trabajo...
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