Ganancias en el marcador.

AuthorKepp, Mike
PositionInversiones de la financiera Hicks, Muse, Tate and Furst Incorporated en equipo brasile

Los extranjeros esperan enriquecerse con la pasión brasileña por el fútbol.

El año pasado, cuando la firma de inversión Hicks, Muse, Tate & Furst, de Dallas, adquirió la administración de las actividades comerciales del equipo brasileño de fútbol Corinthians, unos 20 millones de fanáticos del equipo de Sao Paulo se preguntaron qué pasaría.

Corinthians, después de todo, fue campeón de Brasil en 1998 y 1999. Entretanto, otros inversionistas extranjeros están ansiosos por saber si el acuerdo dará ganancias. Hicks, Muse navegaban en mares desconocidos. Su gran inversión --algo más de US$60 millones sólo en el primer año de un contrato de 10 años, aunque Hicks, Muse se negaron a revelar la cantidad total-- fue solamente la tercera transacción de ese tipo. Y las dos anteriores, en 1998, fueron mucho menos costosas.

Los tres acuerdos fueron posibles por la Ley "Pelé", aprobada en marzo de 1998, creada y nombrada por el legendario futbolista brasileño y ex ministro de Deportes. La ley, concebida para atraer capital privado a los equipos de fútbol, cambió la administración financiera del fútbol brasileño. Desde su aprobación, los inversionistas, en su mayoría extranjeros, han inyectado cientos de millones de dólares a siete de los 20 principales equipos de la primera división.

Los equipos necesitan el dinero. Desde la década de 1930, los equipos eran propiedad de clubes sociales dirigidos por fanáticos. Sus líderes electos y sin paga convirtieron a la mayoría en barriles sin fondo. En 1999, los 20 equipos principales habían acumulado US$400 millones en deuda, según Soccer Investor, firma londinense de investigación de inversiones en deportes.

La mayoría de los clubes han estado pagando esa deuda con la venta de los derechos de transferencia de algunos de sus mejores jugadores a equipos extranjeros. En 1998, por ejemplo, Denilson, jugador del club paulista, pasó al Betis, de España, por US$32 millones. Un año después, 658 profesionales brasileños pasaron a organizaciones extranjeras. La Ley Pelé, concebida en parte para detener la hemorragia de talentos, dio a todos los clubes sociales que controlan a equipos deportivos dos años para constituirse en entidades con fines de lucro.

Hicks, Muse vio enseguida el potencial de crecimiento de la actividad recreativa más popular de Brasil.

¿Bueno para los negocios? Sin duda, hasta ahora ese potencial no ha sido obvio: los ingresos de todos los deportes --dominados por el fútbol-- sólo representan el 0,5% del...

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