El fluido eléctrico.

AuthorAzzopardi, Tom
PositionProducción de energía en Argentina, Chile, Brasil - Perspectiva general de la industria

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Pocas regiones son tan ricas en recursos energéticos como Sudamérica--grandes ríos, enormes reservas de combustibles fósiles e importantes posibilidades en energía solar y eólica-, pero convertirlas en fuentes competitivas y confiables de electricidad a menudo dista de ser simple. En Brasil, Argentina y Chile los cambios climáticos, las políticas públicas mal concebidas y un creciente ambientalismo han socavado los intentos del sector energético de expandirse de acuerdo con las necesidades de sus economías. En otros países, sin embargo, como Colombia y Perú, mediante planificación a largo plazo y diversificación de la oferta se ha logrado proporcionar a las industrias la energía necesaria para crecer.

CHILE

Chile es una de las estrellas de las economías sudamericanas, pero garantizar una provisión competitiva de energía ha sido durante mucho tiempo su talón de Aquiles. La naturaleza explica en parte las dificultades energéticas chilenas.

El país es casi el único de América del Sur que carece de importantes reservas de gas y petróleo, y últimamente las reservas hidroeléctricas se han visto diezmadas como consecuencia de una persistente sequía que ya está en su quinto año.

Pero hay también explicaciones humanas. El aumento del activismo ecologista ha dificultado la creación de nueva capacidad de generación, sobre todo en lo que respecta a proyectos hidroeléctricos y de carbón. El año pasado el gobierno frenó una impopular propuesta de construir represas en dos ríos de la Patagonia chilena.

El resultado ha sido un incremento de los costos marginales, que pasaron de menos de US$30/MVh hace diez años antes de que Argentina interrumpiera la provisión de gas barato, a más de US$200/MVh en el peor momento de la reciente crisis. Los clientes no regulados, como los consumidores industriales, por lo general firman contratos con generadoras que se indexan según los costos pero que no fluctúan de manera errática como los precios de contado.

Los precios que paga la industria minera, que consume un tercio de la electricidad de Chile, casi se duplicaron y pasaron de US$54/MVh en 2006 a más de US$90/MVh en 2014. No obstante, esa cifra es inferior a los US$130/MVh del momento más alto del auge de las materias primas, aunque la depreciación del peso chileno explica buena parte de la declinación, señaló el Consejo Minero, que nuclea a las compañías más grandes del sector. Según cifras de la industria, los elevados precios de la energía le...

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