Fiebre petrolera: el capital privado ayuda a Latinoamérica a fijar nuevos récords de producción y exportación. Las nuevas normas, combinadas con vastas reservas, ofrecen a las petroleras internacionales un enorme potencial.

AuthorBowen, Sally
PositionTT: Petroleum fever: private capital helps Latin America to set new production and exportation records. The new regulations, along with vast reserves, offer international petroleum companies enormous potential

El capital privado ayuda a Latinoamérica a fijar nuevos récords de producción y exportación. Las nuevas normas, combinadas con vastas reservas, ofrecen a las petroleras internacionales un enorme potencial.

Peter Weidler pertenece a una comunidad que crece rápidamente en América Latina: los ejecutivos extranjeros del sector del petróleo y el gas que llegan para aprovechar las oportunidades de los sectores más importantes de la región. Weidler está al frente de la parte boliviana de un gasoducto de más de 3.000 kilómetros que transportará diariamente hasta 30 millones de metros cúbicos de gas natural boliviano a industrias y ciudades del suroeste de Brasil, zona sedienta de energía. El gasoducto, que se levanta a un costo de US$1.800 millones, es el mayor de América Latina y una de las obras de infraestructura más ambiciosas del continente.

"Es un proyecto único, y no sólo por su tamaño y nivel de inversión requerida", dice Weidler, gerente general de Transredes, la compañía de transporte del tramo boliviano.

La obra es una empresa conjunta entre la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), y un grupo de empresas extranjeras, incluidas British Gas, el gigante petrolero angloholandés Shell, y Enron, de EU. La petrolera estatal brasileña. Petrobras, es propietaria, del 51% del gasoducto en el lado brasileño y del 9% en el boliviano.

Para Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, el potencial de ganancias es enorme. El gobierno calcula que las exportaciones de gas a Brasil aportarán inmediatamente un alza del 1,5% al Producto Interno Bruto (PIB) boliviano cuando comiencen las operaciones, en 1999.

El gasoducto Bolivia-Brasil es una de las más recientes inversiones de una ola que recorre a Latinoamérica y que alivia la demanda de energía en la región, genera capital para los gobiernos y ofrece grandes oportunidades para las petroleras extranjeras.

Las inversiones son resultado de nuevas políticas estatales que abren el sector, del todo o parcialmente, a la inversión privada nacional y foránea, y que en algunos casos ponen fin a monopolios gubernamentales o privatizan compañías petroleras estatales.

"Es muy positivo", dice John Lichtblau, presidente del directorio de Petroleum Industry Research Foundation, de Nueva York. Latinoamérica "necesita capital extranjero y, hasta cierto punto, tecnología extranjera. [La apertura] significa un adelanto mucho más rápido que de otra forma no se daría".

Dos razones principales dan pie a la liberalización: la aplicación general de reformas de mercado y el fin de viejos temores a la inversión extranjera en el petróleo.

"El petróleo se ha incorporado a la política general", dice Siegfried Marks, presidente de Sigmar International y ex economista jefe de Exxon en América Latina. "Los gobiernos comprenden que no pueden dejar al petróleo fuera del marco de las reformas".

Al mismo tiempo, los políticos de la región ya no consideran negativa la inversión foránea en un "sector estratégico" como el petróleo, sino más bien positiva.

"Los gobiernos han madurado y han entendido que no tienen nada que temer de las empresas petroleras privadas, ni siquiera de las mayores. El orden del día no es el conflicto, sino la cooperación".

El resultado: la producción de petróleo en América Latina ha aumentado de 6,9 millones de barriles por día (bpd) en 1992 a 8,4 millones bpd el año pasado, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Las exportaciones han crecido de US$18.600 millones hace cinco años a US$33.100 millones el año pasado, según datos compilados por Latin Trade.

Venezuela espera atraer más de US$30.000 millones en inversiones privadas en el sector petrolero durante los próximos 10 años. Colombia, sede del mayor hallazgo de petróleo del hemisferio en las tres últimas décadas, ha pasado la mayor parte de las labores de exploración a la empresa privada. Y después de más de cuatro décadas de monopolio estatal, Brasil ha dado luz verde a la inversión de las petroleras foráneas.

Venezuela. La apertura del sector...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT