Fabrica de futbol: un empobrecido valle ecuatoriano produce futbolistas de primera.

AuthorMoss, Nick
PositionClase Ejecutiva - Valle de Chota

A una hora en auto al norte de Otavalo, en Ecuador, la Carretera Panamericana baja de los Andes y entra en el árido valle de Chota. Los que viven junto a la polvorienta carretera cosechan frutas y verduras. Pero la zona también produce futbolistas de primera.

Siete de los 11 miembros del equipo nacional que clasificaron para la Copa Mundial de este año, en la que Ecuador llegó por primera vez a los finales, son del valle de Chota.

Incluso cinco de ellos crecieron en el mismo pueblito, Juncal. Son el medio-campista Edison Méndez, que anotó el gol de la victoria frente a Croacia en junio, y el delantero Agustín "Tin" Delgado, cuyo gol en el segundo partido contra México lo convirtió en el primer ecuatoriano que anota en un final de la Copa.

Los jugadores de Juncal que dieron a su país una histórica victoria en la primera ronda, provienen de un pueblo de casas ruinosas y calles sin nombre, barridas por el viento del desierto. Los únicos vehículos que se ven en las vías son comerciales. Los vecinos no tienen dinero para comprarse un auto.

El legado futbolístico del valle se inició hace 20 años, cuando Arnulfo Palacios entró en el Aucas, un equipo de primera división en la capital, que reclutaba a sus jugadores en los barrios marginales de Quito. Desde entonces, cada vez más jugadores de Chota, sobre todo de Juncal, han ido a la liga nacional.

Aunque Palacios, un atleta popular, ya se retiró, sigue soñando con el futuro del fútbol en el valle de Chota. En enero, abrió una academia del deporte en Carpuela, cerca de la escuela secundaria del valle, donde enseña inglés. Hace dos años, fundó con Delgado una gran escuela de fútbol en Juncal, pero una desavenencia rompió su asociación.

Academia de fútbol quizá sea un nombre demasiado grandioso para ese centro, dirigido por Palacios y dos asistentes, al que asisten unos 80 niños de 6 años en adelante. Cuando terminan las clases, los aspirantes van a la escuela de fútbol para entrenarse, los días que no los necesitan en la casa o en el huerto. Algunos juegan descalzos porque no tienen dinero para comprar zapatos.

A veces, el río Chota se desborda y los chicos no pueden asistir al entrenamiento. Palacios explica que vadear ríos es una de las dificultades que demuestran las ganas de triunfar de los estudiantes. "Llevan el fútbol en la sangre", afirma.

En la escuela rival, la popularidad de Delgado le ha permitido conseguir el respaldo de la cadena nacional de ropa deportiva Marathon Sports. Pero escasea...

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