Exodo.

AuthorHudson, Peter
PositionTT: Exodus.

Atraídas por la mano de obra barata y los incentivos financieros, muchas empresas argentinas trasladan su producción a Brasil.

Los trabajadores de alpargatas, uno de los principales fabricantes de ropa y calzado de Argentina, recibieron una sorpresa en enero cuando la compañía anunció que planeaba cerrar sus plantas y despedir a la mitad de sus 6.000 empleados.

Alpargatas ya había sufrido bandazos en los años 90 con la radical apertura de la economía argentina, que coincidió con un intento mal orientado de diversificarse. Pero esta vez la idea no era reducir las operaciones como parte de una reestructuración, sino mudarlas a Brasil para bajar los costos.

El anuncio fue un severo recordatorio de los problemas que encaran los fabricantes argentinos, pero de ninguna manera fue el primero. Según Federico Poli, economista de la Unión Industrial Argentina (UIA), el mayor grupo industrial de cabildeo, unas 100 compañías argentinas se mudaron a Brasil el año pasado, lo que eliminó 10.000 puestos permanentes y 25.000 a jornada parcial.

Muchas empresas de las que han cruzado la frontera pertenecen a sectores que sufren problemas. Los productores textiles y de calzado llevan años pidiendo un alivio ante la invasión de importaciones baratas de Asia. La industria automotriz, a la que según Poli pertenece la mayor parte de las empresas que han saltado a Brasil, también carece de la capacidad de competencia para lograr un nivel importante de exportaciones más allá del Mercosur.

Pero la declinación del sector manufacturero argentino no se limita a esos dos sectores en crisis. El cierre de empresas nacionales ha ocurrido en sectores tan diversos como maquinaria agrícola, procesamiento de alimentos, imprenta y metalurgia, dice Poli. Han ocurrido en operaciones modernas dirigidas por colosos internacionales como Unilever, que en junio cerró la fábrica de pasta de tomate CICA en Mendoza y pasó la producción a sus plantas en Brasil y Chile. Miguel González, director de relaciones institucionales de la firma, explica que el tamaño del mercado regional no justificaba la existencia de tres plantas, y que la fábrica de Argentina era una candidata obvia para el cierre debido a sus altos costos. "CICA llevaba años con pérdidas en Argentina", indica.

Como muchos otros, González culpa en gran medida a la fortaleza del peso argentino, que desde casi una década tiene paridad con el dólar norteamericano bajo el sistema de convertibilidad. El problema se agravó cuando...

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