Exodo.

AuthorThomson, Adam
PositionProfesionales; emigraci

Los jóvenes profesionales huyen del caos político y económico de Colombia.

Son las seis de la mañana y el sol comienza a dejarse ver sobre las montañas que rodean a Bogotá. Pero ya hay cientos de colombianos esperando frente a la embajada de Estados Unidos, frotándose las manos para combatir el frío.

Vestidos como para ir a la iglesia, esperan intranquilos en la fila, aferrados a sobres llenos de documentos que van a presentar con la esperanza de conseguir una visa estadounidense. Una mujer de baja estatura y piel oscura empuja un carrito oxidado, donde lleva café azucarado y cigarrillos que ofrece a esta serpiente humana que se pierde por la esquina más alejada de la sede diplomática.

Las largas filas en las embajadas norteamericanas en Latinoamérica son cosa común, pero en Colombia la cantidad de solicitantes de visa es mayor que nunca antes. Entre octubre de 1998 y agosto de 1999, un total de 315.000 colombianos solicitaron visa para viajar a Estados Unidos, casi una tercera parte más que entre octubre de 1997 y octubre de 1998.

Y las razones del éxodo no son un secreto para nadie: el país vive su peor recesión de los últimos tiempos. La economía se contrajo un 6% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período del año pasado. El gobierno del presidente Andrés Pastrana inicialmente pronosticó un crecimiento del 2,5%, pero ahora se ha visto obligado a admitir que la economía colombiana podría contraerse hasta en un 3% este año. El desempleo está a un nivel récord del 19,8% de la fuerza laboral. La construcción, que da trabajo a una gran cantidad de personal no calificado, está detenida.

Jóvenes y desempleados. Y ahora las cifras de desempleados se nutren cada vez más de colombianos jóvenes y profesionales. Muchos han abandonado el país, asolado por los problemas de la narcoguerrilla, con la esperanza de buscar empleo en otros países.

Juan Manuel Trujillo, de 25 años y vecino de Bogotá, hace poco se graduó de diseñador industrial en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. "Este es mi certificado de desempleado", dice mostrando su diploma. Trujillo ha tomado el mismo rumbo que muchos de sus amigos y colegas, y en enero saldrá del país en busca de mejores oportunidades en el extranjero.

Otros ya se han marchado. Julieta Aponte, una abogada de 24 años, vive en Londres, donde planea mejorar su dominio del inglés por lo menos durante un año. Hasta hace poco, Aponte disfrutaba de un buen salario en el departamento de investigaciones...

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