Por esfuerzo propio.

• Author: Ortiz, Fiona
• Position: Eduardo Gonz

El cafetalero guatemalteco Eduardo González, que es hizo millonario por esfuerzo propio, trabajo 16 horas el día y utiliza métodos novedosos para construir un imperio.

Mientras trabaja en su oficina, en uno de los edificios más modernos y deslumbrantes de la Ciudad de Guatemala, Eduardo González no puede dejar de recordar el dramático contraste entre su situación actual y la de su infancia. El millonario de 61 años vivió sus primeros años en uno de los barrios más pobres de la capital guatemalteca, en una choza levantada en una profunda cañada.

"No he conocido ninguna choza tan humilde como esa", comenta.

Una moneda guatemalteca de cinco centavos, colocada en un marco, le ayuda a recordar la época en que para él esa cantidad era una fortuna.

Después de perder a su madre, que lo crió sola, cuando tenía 13 años, González vivió en orfanatos y luego en un parque, donde vendía periódicos y limpiaba zapatos, Su deseo de tener un techo lo llevó a la Escuela Politécnica, la academia militar de Guatemala, donde fue soldado y cadete hasta que un accidente lo obligó a abandonarla.

Entonces consiguió un trabajo de mensajero en bicicleta con Waelti-Schoenfeld Exportadores, una compañía cafetalera propiedad de una familia suizo-guatemalteca, y ascendió en la empresa hasta llegar al puesto de presidente en los años 70.

Hace 27 años fue elegido presidente de la Asociación de Exportadores de Café, puesto que le da una gran influencia en las medidas gubernamentales sobre el café. Todos los años, invariablemente, sus colegas exportadores lo reeligen al cargo ad honorem.

Banquero. En 1978, frustrado con el servicio limitado de 9 a.m. a 3 p.m. de los bancos de Guatemala, donde una transferencia automática podía dilatarse tres días hábiles, González decidió crear un banco con un grupo de amigos que lo ayudaron con la financiación. Lo llamó Bancafé, impuso un horario de 8 a.m. a 8 p.m., y enfatizó el servicio al cliente. Ahora Bancafé es el quinto banco del país, con el mayor número de sucursales: 66.

Mientras ascendía en Waelti-Schoenfeld, adquirió otros negocios paralelamente: compraba cabezas de ganado y arrendaba tierras para cebarlos, y adquiría terrenos para el café y otros cultivos.

González y su hijo, el ex ministro de Economía del mismo nombre, hoy dirigen un imperio que abarca 13 compañías, desde almacenes industriales hasta grupos de inversión, que tuvo ganancias...