Enriquecimiento natural: los medicamentos herbaceos se venden como si fueran drogas milagrosas, sin supervision alguna.

AuthorEpstein, Jack
PositionEso Dicen

Desde hace años conozco remedios herbáceos, como la equinácea y el gingko biloba. Últimamente he notado varios remedios naturales populares en Latinoamérica, con nombres como uña de gato y sangre de dragón.

En Perú, la uña de gato (uncaria tomentosa) es un remedio popular. Los indígenas lo usaban tradicionalmente para tratar males estomacales y fiebres, aunque sus actuales defensores alegan que es efectiva en el tratamiento del sida, cáncer, artritis, bursitis, reumatismo y asma. La sangre de dragón se obtiene del árbol Croton lechleri, cuya resina la usan desde hace siglos los indígenas de México y Sudamérica; pero ahora la presentan como una droga milagrosa que ayuda en la cicatrización y previene las infecciones.

Otro ejemplo es la raíz andina llamada maca (lepidium meyenil). A la llamada Viagra peruana se le atribuye el mejoramiento de la vida sexual y la producción de más espermatozoides. Sus exportaciones a Estados Unidos y Europa rondan los US$3 millones, y se espera que aumente significativamente con la popularidad de la Viagra real que venden los laboratorios Pfizer.

Hay mucha charlatanería en el mercado. Una investigación de la Oficina General de Fiscalización de Estados Unidos, la división investigativa del Congreso, concluyó que las entidades federales no usan los poderes de que disponen para evitar que lleguen al mercado productos que se sabe que constituyen riesgos para la salud. Por su parte, José Luis Silva, presidente del Instituto de Plantas Medicinales de Perú, desea que el gobierno redacte leyes para salvaguardar la imagen y la calidad de las marcas peruanas de medicamentos herbáceos.

No cabe duda que muchos remedios herbarios latinoamericanos son completamente beneficiosos y válidos. La quinina y el curare, por ejemplo, se usan para tratara la malaria y como anestésico.

Las firmas de remedios naturales hablan de curas milagrosas, pero no tienen información científica que apoye la seguridad y efectividad de esos productos. Y no es de extrañar, porque se puede ganar mucho dinero jugando a atemorizar a la gente.

Primero el miedo: por lo general, las personas que compran medicinas naturales lo hacen para combatir el envejecimiento, complementar una dieta inadecuada, perder peso y mejorar su vida sexual y bienestar general, es decir, la mayoría de las personas que yo conozco. Una tercera...

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