Emporio de barro.

AuthorTegel, Simeon
PositionDesarrollo de la industria de la cer

Un centro ceramista mexicano se apoya en la tradición.

En el centro de tonalá, los jueves y los domingos, los mexicanos en busca de gangas avanzan entre miles de puestos que llenan las calles de adoquines. Los vendedores pregonan jeans Levi's falsos. Hipnotizadores venden hechizos contra el apetito para amas de casa que hacen dieta. Y por US$2,50, puede comprar hasta un vídeo de la última película de Sylvester Stallone, aunque todavía no se ha estrenado.

En el mercado también se exhibe, como desde hace siglos, cerámica, mucha cerámica. Una gran parte se produce en masa para una diversidad de gustos: tazas, armadillos pequeños, recipientes para frutas, peces con colores tecno, tiestos de flores, cráneos; la imaginación de los artesanos locales no tiene limites. Pero si busca bien, hallará la cerámica tradicional peculiar de la zona aun antes de la llegada de los españoles.

Juan Antonio Mateos Nuño es posiblemente el ceramista más conocido de barro bruñido, la forma más tradicional de cerámica tonalteca. Mareos Nuño toma objetos de barro cocido al fuego y los pule, primero con una piedra suave de un río cercano y, después de pintarlos, con una pieza de metal, para darle el terminado inusual. Otras técnicas tradicionales de Tonalá dan el barro canelo, llamado así por su color canela; la cerámica de barro oxidado, hecha con arena y zinc para que tenga un aspecto rústico, y el barro petatillo, con líneas finas que simulan el aspecto de las esteras de hierba llamadas petates.

Mateos Nuño reconoce que hay menos ceramistas tradicionales. Sólo una docena de familias todavía hace auténtica cerámica de Tonalá, mientras que hace tres décadas 50 familias se dedicaban a la actividad. Pero no está preocupado.

"El barro bruñido estaba aquí antes de los españoles. No va a desaparecer", dice Mateos Nuño, cuyo taller familiar tiene tres generaciones. Señala que sus cinco hijas, entre los nueve y los 16 años de edad, están ansiosas por ocupar su puesto cuando él se retire. Y apunta que la demanda de cerámica sigue fuerte.

Tonalá ya era un mercado atestado varias generaciones antes de que Beltrán Nuño de Guzmán y sus 300 hombres llegaran al pueblo el 25 de marzo de 1530. Tonalá, fundada por los zapotecas y cuyo nombre náhuatl significa "lugar donde sale el sol", tenía hasta un mercado semanal donde se intercambiaban objetos de cerámica y otros productos. Bajo la dominación española, el...

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