Embajadoras con alas.

• Author: Dulude, Julie
• Position: TT: Winged ambassadors.

La cría de mariposas es un negocio floreciente en Costa Rica.

Las ramas y hojas secas cuidadosamente empacadas en cajas, entre capas de algodón, no parecen gran cosa. Pero no se engañe, son pupas de mariposa. Dentro de lo que parece una hoja seca hay una frágil heliconius lecale esperando salir. La ramita rota es el disfraz de una mariposa negra y amarilla de alas bifurcadas.

Es día de exportación en la Granja de las Mariposas, una operación comercial en las afueras de San José, la mayor y más antigua de su tipo en Latinoamérica. En un lapso de 48 horas, unas 2.500 crisálidas llegarán al Wild Animal Park de San Diego, a Callaway Gardens en la Florida y a Niagara Falls Butterfly Conservatory en Ontario. En marzo y en el resto de la activa temporada de siete meses, cada semana salen dos embarques como éste.

Costa Rica ha llegado a distinguirse por las exportaciones no tradicionales. Cuando se habla de ese país, se piensa en bananos, café y hasta microprocesadores. ¿Pero pupas de mariposa? Aunque el Sudeste Asiático fue la primera región donde se criaron mariposas para exhibirlas, las mariposas latinoamericanas ya las superan en popularidad por la gran calidad de los productores y la belleza de los lepidópteros.

Costa Rica es el mayor productor de mariposas de las Américas: exporta más de 300.000 pupas al año. La cifra no es sorprendente dado que los microclimas del país albergan al 5% de las 20.000 especies conocidas, de las cuales se exportan 120. Orgía de colores. Aproximadamente el 90% de las pupas que sobreviven al viaje van a parar a entornos selváticos, cuidadosamente creados y regulados en diferentes recintos: construcciones de madera, pirámides de cristal, etc. Las mariposas viven una vida breve pero magnífica, bebiendo agua azucarada, hartándose de frutas podridas, tomando el sol y disfrutando de numerosos encuentros sexuales, mientras el fascinado turista las observa y trata de capturar su belleza multicolor con su cámara.

"Los zoológicos y los museos de historia natural ya tienen leones y osos panda. Ahora van en busca de lo nuevo", dice María Sabido, propietaria de la granja junto con su esposo, Joris Brinkerhoff. "Las exposiciones de mariposas son unos de los pocos lugares de los zoológicos donde el público puede entrar de verdad en el reino animal".

Sabido hace una pausa para observar cómo una asombrosa morpho peleides, azul iridiscente, completa su séptima vuelta por el techo de malla de la casa de las mariposas. El ejemplar...