En elogio de la irrelevancia: es probable que el presidente Obama no le preste mucha atención a Latinoamérica. Qué bueno.

AuthorCasas-Zamora, Kevin

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La elección de Barack Obama fue recibida con entusiasmo en Latinoamérica por razones ligeramente desconcertantes. Nada de lo dicho por el nuevo presidente indica un cambio drástico en las relaciones hemisféricas. Además, salvo en algunos aspectos puntuales, tal cambio de actitud no parece ser urgente en absoluto.

El turno de Latinoamérica en el centro del escenario se desvaneció hace tiempo. Y aquellos días dorados de la Alianza para el Progreso no volverán, al menos en el corto plazo. Tampoco es necesario. La irrelevancia de Latinoamérica para la política de EE. UU. desde el fin de la Guerra Fría ha sido muy positiva para la región.

La política migratoria es la que presenta mejores posibilidades de sufrir cambios significativos. La reforma migratoria resulta posible y deseable en cuanto a los permisos temporales de trabajo en áreas críticas de la economía. Se espera que aumente la cantidad actual de visas permanentes y establezca una vía clara para legalizara 12 millones de inmigrantes ilegales e integrarlos a la economía formal. No antes de tiempo, el modelo centrado en el control de la frontera, simbolizado por la inútil valla fronteriza, cambiará para administrar el ingreso constante y controlado de inmigrantes. Se calcula que el crecimiento del mercado laboral de EE. UU. desde ahora hasta el año 2050 se deberá a los inmigrantes y sus descendientes. En un sentido muy literal, el bienestar futuro de EE. UU. depende de la inmigración latina.

La agenda comercial de Obama será modesta. Dada la composición del Congreso de EE. UU., la negociación de tratados de libre comercio parece extremadamente improbable, lo que es desafortunado. Específicamente, cualquier decisión que tome el gobierno de Obama para bloquear la ratificación de los tratados comerciales celebrados con Panamá y Colombia sería un error grave que dañaría la credibilidad del país en la región y enviaría un elocuente mensaje acerca de lo que les espera incluso a los aliados más firmes de EE. UU.

En otros temas, la situación es menos clara. Lamentablemente, es dudoso que Obama elimine, en el corto plazo, los aranceles sobre las...

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