Duro de roer.

AuthorHudson, Peter
PositionTT: Hard to nibble.

Carlos Oliva Funes, de Swift Armour, trata de revivir la moribunda industria cárnica de Argentina.

Para Argentina, la carne es algo más que un alimento. Junto con Diego Maradona, el mate y el tango, el bife --preferiblemente a la parrilla-- es uno de los iconos culturales de la nación.

Pero aunque muchos argentinos aún consideran la carne parte de la identidad nacional, la industria cárnica declina desde hace tiempo. Los argentinos comen mucha carne en comparación con otros países, pero el consumo ha bajado casi en la mitad en la última década a un promedio de 58 kilos per cápita. Entretanto, los problemas sanitarios, la interferencia gubernamental y el proteccionismo internacional han conspirado contra las exportaciones.

No obstante, varios productores conservan el optimismo. Carlos Oliva Funes, presidente y desde julio accionista mayoritario de Swift Armour, el principal procesador y empacador de carne del país, afirma: "La industria tiene problemas de rentabilidad. Pero somos completamente distintos al resto del sector".

Por su parte, los inversionistas internacionales comparten el optimismo de Oliva Funes. Las firmas norteamericanas de inversión JP Morgan Capital Corp. y Greenwich Street Capital Partners han comprado un interés del 24,5% cada una en la empresa. Chase Manhattan y BankBoston encabezaron un convenio de préstamo asegurado para respaldar la comprada de Swift por parte de Oliva Funes, la primera adquisición administrativa realizada en Argentina.

Los bancos cobran una fuerte suma por el préstamo de US$55 millones a cuatro años y medio. Pero para Hugo Pezzoni, ejecutivo argentino de Chase que trabajó en el empréstito, el elevado precio no tiene que ver con Swift. "El mercado crediticio para Argentina y para las compañías argentinas es muy limitado", explica. "La realidad es que lograr el convenio demuestra lo excelente que es la compañía".

El acuerdo también fue posible porque los reembolsos estarán garantizados por los ingresos de los contratos de exportación firmados con los ex dueños de Swift, Campbell Soup Co. y Vlasic Foods International.

Compra gerencial. Campbell compró el control de la compañía en 1980 y usó a Swift como centro de sus adquisiciones. Pero en los años 90 la compañía norteamericana decidió abandonar la producción de carne. Primero escindió una gran parte de sus operaciones, incluida Swift, y la pasó a Vlasic Foods.

Ante la ansiedad de Vlasic de concentrarse en el sector minorista norteamericano, Oliva...

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