Haití: cómo desenterrar un país: tras el desastre provocado por el terremoto en haití, se ha creado una segunda oportunidad de reconstruir el país. pero esta vez, ¿lograrán el gobierno, las naciones donantes y los inversionistas privados hacerlo bien?

AuthorPlasencia, William

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La magnitud de la catástrofe natural que golpeó a Haití en enero fue tan abrumadora que es imposible para la mayoría de la gente comprender completamente las consecuencias. Lo primero en captar la atención es la trágica pérdida de vidas que ha eclipsado la gravedad de otros desastres naturales ocurridos en la región. Después está la preocupación por los sobrevivientes, desde cómo alimentarlos hasta proveerles refugio en un país que ni siquiera tenía camiones para transportar los alimentos y otros bienes donados. Finalmente, llega el esfuerzo de reconstrucción, que en Haití será bastante difícil. En reiteradas oportunidades, la comunidad mundial, los líderes haitianos y la elite se han comprometido a un nuevo comienzo; esta vez, será incluso más difícil mantener el rumbo, a pesar de los más de mil millones de dólares en ayuda humanitaria que fuentes gubernamentales y privadas han prometido donar. El devastador terremoto del 12 de enero fue un acontecimiento especialmente amargo para Haití, ya que el país comenzaba a mostrar señales de que estaba emergiendo de décadas de abandono y gobiernos inútiles. Antes del terremoto, Haití y la comunidad internacional habían logrado el consenso en apuntar al desarrollo de la infraestructura como una manera de atraer inversiones extranjeras. Una de las señales fue una importante conferencia de inversionistas que se realizó en octubre, liderada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la que asistieron Luis Alberto Moreno, presidente del BID, y el ex presidente estadounidense Bill Clinton, que es el enviado especial de las Naciones Unidas para Haití. "La verdadera tragedia es que antes del terremoto se había abierto una ventana de esperanza y progreso más grande que lo que habíamos visto en Haití en mucho tiempo", dijo Michelle Wucker, directora ejecutiva del World Policy Institute, con oficinas en Nueva York. Para aprovechar los beneficios de los nuevos aranceles de importación que Estados Unidos estaba ofreciendo a ropa cosida en Haití, la empresa textilera Grupo M de República Dominicana planeaba invertir $20 millones en Haití. Digicel, el operador de telecomunicaciones móviles más grande del Caribe, lanzó un proyecto de infraestructura de $30 millones. El edificio de Digicel (y la embajada de EE. UU.) fue de los pocos que sobrevivieron el terremoto. En enero, Choice Hotels International anunció que abriría dos hoteles en la ciudad de Jacmel, un centro cultural conocido por...

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