Gas para el norte: la venta de gas natural al mercado norteamericano debería haber salvado a los proveedores sudamericanos. Pero éstos podrían quedar a la zaga de Indonesia.

AuthorJoelson, Daniel A.

Los grupos indígenas de Bolivia no sólo derrocaron al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada el año pasado. También pusieron en duda un proyecto multimillonario para exportar gas natural de Bolivia a los consumidores y las industrias de Estados Unidos y México, con lo que dieron inicio a una pugna desde Indonesia hasta Baja California por satisfacer primero que nadie la demanda norteamericana.

Entretanto, la renuencia de Bolivia, junto con los obstáculos políticos y legislativos a los inversionistas en países ricos en gas como Argentina y Venezuela, alientan las dudas sobre la capacidad de cualquier país sudamericano de poner la casa en orden a tiempo para ganar esa lucrativa carrera internacional.

Después de aumentar el 21% entre 1990 y 2002, se espera que la demanda norteamericana de gas natural suba otro 18% en 2010, para llegar a 24.7300 billones de unidades termales británicas al año, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. "En Estados Unidos éramos muy jactanciosos", dice John Lichtblau, presidente de la organización norteamericana sin fines de lucro Petroleum Industry Research Foundation. "Teníamos todo el gas natural que necesitábamos entre nosotros y Canadá, a diferencia del petróleo, del que importábamos entre el 50% y el 60%. Pero esa situación no se mantendrá por mucho tiempo porque nuestra demanda de gas crece y la producción empieza a bajar".

Bolivia tiene la segunda reserva de gas natural de América Latina, con 55 billones de pies cúbicos, por lo que podría ser el país latinoamericano más idóneo para atender las necesidades futuras de Estados Unidos, sobre todo si se considera el disgusto de Washington con la retórica izquierdista del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuyo país es el coloso del gas en la región. Pero Bolivia es el ejemplo de cómo se puede perder la oportunidad de aprovechar al máximo enormes reservas.

Curiosamente, no fue la venta de gas a Estados Unidos lo que llevó a los manifestantes a derrocar a Sánchez de Lozada. Lo que alentó el sentimiento nacionalista fue el plan de pasar el gas líquido a través de Chile, un enemigo histórico de Bolivia, y no por Perú, aun cuando exportarlo a través de puertos peruanos habría costado más. El presidente boliviano, Cados Mesa, ha dicho que celebrará un referendo sobre el tema, pero los economistas piensan que una votación contra Chile podría causar que Pacific LNG, el consorcio que encabeza el proyecto boliviano, se retire debido al...

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