La Cumbre de las Américas: una renovación del compromiso.

AuthorBernal, Richard L.

La última Cumbre de las Américas finalizó sin una declaración firmada por todos los líderes de los gobiernos que asistieron a la reunión en Puerto de España. Esto es síntoma de la falta de consenso entre los líderes, quienes se encontraron divididos por el caso de Cuba y la crisis financiera global. Los países del ALBA (Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe), Venezuela, Bolivia, Ecuador y República Dominicana, se sintieron con la suficiente fuerza para negarse a ser parte de un acuerdo común. A pesar de la falta de las firmas en la declaración, la cumbre del 18 y 19 de abril constituyó una oportunidad útil para los líderes de los 34 países (Cuba no participó) para intercambiar puntos de vista. Este diálogo llegó en medio de un posible desmejoramiento sin precedentes de una crisis económica internacional y de un nuevo gobierno en Estados Unidos, el cual todavía tiene que definir su política hacia Latinoamérica y el Caribe.

El presidente Obama extendió su gesto de amistad a todos, siguiendo los pasos ya tomados antes de la cumbre para facilitar las restricciones en los viajes y remesas a Cuba. Mostró su voluntad para comprometerse sin las barreras de diferencias anteriores y sobre la base de "un respeto mutuo y de intereses comunes". Esta predisposición es una buena señal para lograr un compromiso sostenible en un hemisferio en el cual muchos amigos de larga data se sintieron marginados por las preocupaciones no vinculadas con los asuntos que ellos consideran críticos. En esta atmósfera de cordialidad hubo un intercambio de puntos de vista, el cual, si es la fundación de lo que seguirá, tiene el potencial de renovar el espíritu de comunidad de las Américas. Esto tiene que ser base en la cual la comunidad histórica y de objetivos coexistan con la diversidad ideológica y cultural.

El seguimiento de las cuatro cumbres anteriores fue decepcionante porque ha habido demasiados objetivos y muy pocos compromisos firmes de recursos para su implementación. La responsabilidad del seguimiento recae sobre una variedad de instituciones nacionales y hemisféricas. Esta cumbre tuvo el problema adicional de un mandato ambiguo. Lo que es importante es capitalizar la buena voluntad y las interaccionas personales para profundizar y sostener el diálogo en todo el hemisferio. Esto debe complementar los intercambios bilaterales y las agrupaciones subregionales, que en algunos casos privan al hemisferio de la...

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