El cuchillo incruento.

AuthorEpstein, Jack
PositionTT: Helpful knife.

"Operación ambulatoria del cerebro. El Cuchillo Gamma es un procedimiento revolucionario que permite a los pacientes con lesiones cerebrales reanudar sus actividades normales el mismo día del tratamiento". Al principio, el anuncio parece un comercial de televisión de uno de esos artilugios para cortar verduras. Pero en realidad se trata de un instrumento médico extraordinario.

El cuchillo gamma emite rayos gamma para disolver tumores y lesiones en zonas inaccesibles del cerebro. No hay incisión ni se usa bisturí alguno, en general no requiere más que un sedante suave, tarda entre una y cuatro horas y la mayoría de los pacientes puede irse a casa a las 24 horas. En resumen, es un tratamiento médico menos peligroso, menos doloroso y que cuesta menos. Hasta la fecha, más de 120.000 personas se han sometido al tratamiento sin un solo fallecimiento.

"Es una opción muy atractiva a la cirugía convencional", dice Ernest Bates, neurocirujano y presidente ejecutivo de American Shared Hospital Services, firma de San Francisco que vende el cuchillo gamma en una empresa conjunta con la única empresa que fabrica el equipo, Elekta AB, de Suecia. "Pensamos que el mercado es muy importante".

Este año, American Shared instalará el equipo en la Clínica San Felipe, de Lima, y en el Hospital Barra D'or, de Río de Janeiro. Para cubrir el costo (un cuchillo gamma cuesta unos US$3,2 millones) la firma de San Francisco le cobrará a cada hospital de US$7.500 a US$9.500 por cada uso del equipo, y el hospital le cobra al paciente de US$13.000 a US$20,000. "Si no hay pacientes, no ganamos un centavo", dice Rich Magary, vicepresidente de fomento empresarial de American Shared.

Popularizar la cirugía ambulatoria del cerebro puede ser difícil en América Latina y también en cualquier otra parte, pero muchos latinoamericanos buscan tratamientos alternativos para diversos padecimientos.

Cuando vivía en Río de Janeiro, recuerdo perfectamente que miles de brasileños acudían todos los años al quirófano de un "doctor síquico" que se hacía llamar Dr. Fritz. Sus pacientes, entre ellos un ex presidente, le temían a la cirugía tradicional y situaban sus...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT