La Habana llama: las lineas de crucero batallan por un codiciado destino turistico en el Caribe.

AuthorKalosh, Anne
PositionClase Ejecutiva

Para las compañías de crucero no hay nada mejor que un nuevo destino. Cuba sería ese premio mayor para las grandes líneas, si no fuera por el embargo norteamericano. Pero varias empresas europeas ya tocan puerto en en la isla.

Cuando se calculan las cifras, los pasajeros de barcos de crucero pudieran exceder los 100,000 en 2001, en comparación con 78,000 un año antes, según Gianluca Suprani, director gerente de Silares Terminales Caribe, operador de la moderna terminal de La Habana. Suprani pronostica otra alza --a 160,000-- este año.

"Es un país hermoso, con un territorio casi mayor que el resto de las islas del Caribe juntas", se maravilla Giora Israel, vicepresidente de planeación estratégica de la línea Carnival, con sede en Miami.

Cien mil pasajeros es una gota: Puerto Rico recibe más de un millón de vacacionistas de crucero al año, pero la fuerza de Cuba está en su potencial. Para las mayores líneas del mundo, con sede en la Florida, todo es cuestión de geografía. Necesitan más puertos donde tocar y la cercanía de Cuba a grandes puntos de embarque, como Miami, Fort Lauderdale y Tampa la convierte en el destino preferido del segmento de más crecimiento: viajes cortos de un máximo de cinco noches.

Pero las líneas de crucero estadounidenses sólo pueden mirar por el momento. La británica Sun Cruises, propiedad de Airtours, toca puerto en Cuba desde 1999; casi el 75% de sus pasajeros son británicos, y el resto son canadienses y escandinavos. Y ahora, mientras el termómetro desciende peligrosa e incómodamente en el norte, el Sundream, propiedad de Sun y con 1,200 pasajeros a bordo, toca los puertos de La Habana y Santiago de Cuba. Sun Cruises ya ha reservado derechos-de atraque para la temporada 2002-2003, cuando planea usar un barco de 1,550 pasajeros.

Otra empresa británica, Fred. Olsen Cruise Line, envió su barco Black Watch a Cuba por primera vez hace cuatro años. El Black Prince, otro de sus navíos, usa La Habana como puerto de retorno para sus viajes por el Caribe. Mientras tanto, la línea griega Festival Cruises firmó en 2000 un acuerdo a largo plazo con el gobierno cubano para operar barcos desde la isla, usar sus astilleros y comprar suministros. El Mistral, de Festival, comenzó a salir recientemente desde La Habana, con una escala en la Isla de la Juventud para una parrillada en la playa. Los planes para agregar un segundo barco, el Bolero, operado por una filial de Festival, se pospusieron tras los ataques terroristas en EU. Por...

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