La guerra del tequila: los cosechadores de agave en México batallan con los productores del fuerte licor.

AuthorMoore, Leslie
PositionTT: The Tequila war: Mexico's agave harvesters battle with hard liquor producers

Los cosechadores de agave batallan con los productores del fuerte licor.

Durante el momento más candente del conflicto entre los productores de tequila y los cosechadores de agave, la materia prima fundamental del tequila, los manifestantes bloquearon el año pasado la entrada a fábricas y carreteras, lo que costó a las compañías de tequila pérdidas millonarias.

Hoy, las banderolas y los cartelones de protesta han desaparecido, y casi no se ve señal alguna de protesta en este valle, donde se produce tequila desde por lo menos el siglo XVIII. Pero los cosecheros intransigentes no se han olvidado de los titanes del sector y han decidido enfrentarlos no mediante la desobediencia civil, sino en el Congreso de México.

"Hemos cambiado nuestra estrategia, pero la misión es la misma: detener la explotación de los agricultores", afirma Julián Rodríguez, un ex agavero que organiza las protestas con la ayuda de El Barzón, la mayor organización de activistas contra las expropiaciones por deudas.

Los conflictos entre los agaveros y las compañías productoras de tequila son tan pronosticables como la ley de la oferta y la demanda. Si la producción de agave baja un año, el precio del producto se dispara y los cosecheros salen ganando. Pero si hay un exceso de oferta (como el del año pasado, que probablemente continuará hasta 1998 y que se considera una de las mayores cosechas en 25 años) entonces los productores de tequila tienen las de ganar a la hora de fijar los precios. El agave es con frecuencia vulnerable a grandes altibajos de precios porque la planta se demora entre ocho y 10 años en madurar.

Entonces los agaveros ganaron una batalla crucial. Tras las protestas del año pasado, los productores de tequila acordaron pagar un 30% más por el agave, lo que hizo subir el precio de 650 a 850 pesos por tonelada. Pero Rodríguez y los agaveros alegaron que el precio debía ser al menos de 1.500 pesos por tonelada. Por ejemplo, hace 10 años, durante un período de escasez, el agave se vendió a 1.000 pesos por tonelada.

En el México posterior a la devaluación del peso, lo que está en juego es mucho más. Incluso mientras los funcionarios del gobierno declaran el fin de la recesión y ante el hecho que el Producto Interno Bruto (PIB) de 1996 creció aproximadamente un 5,1%, muchos agricultores todavía sienten los efectos de las altas tasas de interés y de la elevada inflación de los últimos dos años. El actual excedente de agave ha dado al traste con las esperanzas de...

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