Comedia de costa a costa.

AuthorHeller, Matthew
PositionTT: Comedy coast to coast. - Entrevista

En un trabajo anterior como presentador de un programa radial en Houston, Hugo "El Gordo" Cadelago --que entonces pesaba 193 kilogramos-- participó en una insólita promoción. Para recaudar fondos para las víctimas del terremoto de 1985 en Ciudad de México, pasó 97 horas en una jaula suspendida a 70 metros del suelo en el Astrodome.

"Llamé la atención de todo el mundo", recuerda. "En esa época era El Gordo de verdad".

Hoy, como uno de los integrantes del dúo de comediantes "El Gordo y Eduardo" de Radio Unica, Cadelago --que ha bajado a 118 kilogramos-- tiene una presencia aún mayor en la radio en español. Sentado ante el micrófono todos los días en Los Angeles, el argentino de voz grave apoya a Eduardo Ibarrola, su contraparte mexicano que transmite desde Miami.

La pareja mezcla un humor estridente y temas picantes con comentarios serios y hasta con intentos de salvar vidas en un programa que tiene 25.000 oyentes diarios. Su emisora, Radio Unica, de Miami, es la única cadena radial nacional en español de Estados Unidos.

Estos dos hombres no se conocían cuando firmaron el contrato del programa. Ahora, desde las costas opuestas del país, pasan cada tarde charlando con los radioyentes --muchos de ellos inmigrantes-- de 14 ciudades. Los temas de "El Gordo y Eduardo" van desde la Madre Teresa hasta tendencias sexuales poco ortodoxas, desde canciones infantiles hasta la masturbación. "Mi hijo dice: Mi padre habla boberías las 24 horas del día. Y le pagan por tres horas al día", dice Cadelago, riéndose.

El humor domina el programa, pero también hay temas serios. "Hicimos un radiomaratón por un joven de 29 años que necesitaba un transplante de riñón", recuerda Ibarrola, que era un actor sin empleo cuando entró en Estados Unidos como indocumentado con su esposa y un bebé, hace 13 años. "Tenía un donante pero necesitaba US$26.000 para la operación".

En cinco horas recaudaron US$33.000. Hoy, el joven está bien, en Guatemala. El dinero sobrante se devolvió a los donantes.

La mayor parte de las transmisiones de tres horas del dúo son más humorísticas que serias, pero tienen un público leal. A los que oyen el programa mientras manejan los llaman "Los Locos de la Carretera" porque, explica Ibarrola, "se pueden reconocer porque van riéndose solos en sus autos". Otro logro del programa son los huevazos, huevos podridos imaginarios que los que llaman envían a jefes molestos, a cónyuges majaderos, a vecinos engorrosos y a celebridades egocéntricas.

Después de...

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